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Eanes tranquiliza a los portugueses

Con sorprendente firmeza, el general Eanes ha abandonado su papel de moderador de los conflictos que desgarran la vida política portuguesa para comprometer su autoridad y el peso del Ejército en la defensa de la Constitución y del régimen democrático.«Si los partidos no llegan al acuerdo -afirmó ayer-, el pueblo portugués no debe alarmarse: encontraremos la solución constitucional que mejor sirva los intereses nacionales.»

En el segundo aniversario de los acontecimientos militares que lo encumbraron como héroe militar de la amplia coalición anticomunista forjada en 1975, Ramalho Eanes ha cortado por lo sano, deshaciendo todo posible equívoco: el 25 de noviembre del 75 ha significado la derrota del «totalitarismo de izquierda», pero también «el no definitivo al régimen de partido único, de ideología oficial y de dictadura policial sin libertades fundamentales derrotado el 25 de abril».

Haber escogido la base de Tancos, a unas decenas de kilómetros de Lisboa, para las ceremonias oficiales del 25 de noviembre tenía ya un valor simbólico: Tancos y el regimiento de paracaidistas ha sido, de todas las unidades de las fuerzas armadas, la más directamente implicada en los golpes y contragolpes que agitaron el medio castrense en 1975. Dos años más tarde el general Eanes ha presentado con orgullo al reducido grupo de políticos civiles presentes -el primer ministro, el presidente del Parlamento y una representación de los cuatro principales partidos- una demostración de la disciplina y de la unidad reconstruidas de los militares.

El general Eanes ha respondido con energía a la campaña desarrollada en los últimos tiempos contra su persona y su acción política. El líder socialdemócrata Sa Carneiro le acusó públicamente de no retirar su confianza al Gobierno socialista, pero Eanes estima que «tal desconfianza sería intolerable en democracia», ya que el Parlamento no tomó ninguna iniciativa en este sentido.

Pocas esperanzas de pacto

Los observadores se interrogan ahora sobre las bases objetivas de un cierto optimismo demostrado ayer por el jefe del Estado. Los partidos políticos entregaron los pasados días sus respuestas al proyecto de acuerdo anunciado por Mario Soares y no dejan muchas esperanzas de un acuerdo a corto plazo.¿Estará Portugal en vísperas de la constitución de un Gobierno presidencialista? El discurso de Eanes de este 25 de noviembre parece orientarse en este sentido. El jefe del Estado señala como objetivos prioritarios la resolución de los problemas económicos y financieros. Los plazos están fijados por las negociaciones con el FMI, que se reanudan el 5 de diciembre, y el presupuesto del Estado, que debe ser aprobado antes del 15 del mismo mes. Para intentar vencer el impasse, Ramalho Eanes tendrá que contar con el apoyo decidido de las fuerzas armadas. Estas se presentaban en el 25 de noviembre cómo perfectamente unidas alrededor de su jefe. Queda por saber si esta unidad se traducirá en los hechos ahora que se acerca el momento de la decisión política.

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