Formación de un grupo de presión israelí para conseguir arreglos a favor de los árabes
Dos acontecimientos políticos importantes han tenido lugar en Israel en el transcurso de los días siguientes a la visita del presidente Sadat a Jerusalén. En primer lugar, las palomas (políticos moderados) de los tres partidos de la coalición gubernamental, el Likud, Partido Nacional Religioso y Dash, decidieron reunirse a principios de la semana próxima para constituir una plataforma política moderada y constituir un lobby de presión en el interior del Gobierno Begin.
Asimismo, una reciente encuesta efectuada entre los diputados israelíes reveló que existe una mayoría parlamentaria en el Knesset favorable al restablecimiento de la soberanía egipcia en Sharm El-Sheik y a otorgar concesiones territoriales en la Cisjordania ocupada (Samaria y Judea bíblicas, calificadas en mayo pasado por Begin como «territorios liberados»).La cristalización de este nuevo «consenso nacional» ha sido propiciado por tres apariciones en público del ministro de Asuntos Exteriores, Moshe Dayan, en las que invitó «al Gobierno y a los partidos a analizar de nuevo, sin ningún prejuicio, cada problema, comprendido el de Sharm El-Sheik».
Plan egipcio para los palestinos
En segundo lugar, Egipto se dispone a invitar a varias personalidades palestinas de Cisjordania y Gaza a El Cairo «para establecer consultas». Entre los nombres citados están Rashad Shaawa, alcalde de Gaza, y Burhan Jaabari, hijo del cheik (jeque) Jaabir, antiguo alcalde de Hebrón.Esta nueva iniciativa egipcia tiene un doble objetivo: primero señalar que la OLP (cuyo comité ejecutivo se reunirá en estos días) carece de fundamento cuando ataca a Sadat, pues Egipto está dispuesto a lograr una solución al problema palestino, con o sin la OLP.
En efecto, los nombres citados pertenecen todos a los llamados palestinos moderados, opuestos a la OLP y projordanos.
Sin embargo, la invitación egipcia a los palestinos moderados parece tener un objetivo de más alcance que el simple «castigo» a la OLP por sus ataques a Sadat.
La nueva jugada del presidente egipcio parece que se integra en un proyecto más amplio y ambicioso: reintroducir a Jordania en el problema palestino para facilitar a Israel la renuncia a la Cisjordania ocupada.
Si la operación establecida por el presidente egipcio se desarrolla favorablemente, Sadat pensaría en trasladarse a Ginebra, incluso con la oposición de Siria, para encabezar una delegación árabe común, que comprendería a Egipto, Jordania y los palestinos bajo la tutela de Hussein y de Begin.
A los que comentan que tal cosa «traicionaría la causa palestina», los egipcios responden que lo esencial es obtener la evacuación de Cisjordania y Gaza por los israelíes y devolver estos territorios al pueblo palestino. Los palestinos decidirían entonces por sí mismos su Gobierno y los futuros lazos con Jordania.
De todas formas, el plan egipcio no cuenta con el fervor de los medios políticos palestinos en los territorios ocupados. De los doce alcaldes palestinos preguntados al respecto, nueve han rechazado esta iniciativa.
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