Fallido golpe de Estado en Somalia
La situación en Somalia es de normalidad tras el abortado golpe de Estado ocurrido el domingo. Los dirigentes de la rebelión han sido detenidos y serán juzgados por tribunales militares. Según los observadores diplomáticos, la posición del presidente Siad Barre ha sufrido, tras la derrota del Ogaden, una dura prueba cuyo desenlace es difícil prever por el momento. El presidente Barre ha acusado «a agentes del colonialismo» y a «potencias extranjeras» de «tratar de desmantelar a Somalia».
Se desconoce el número de oficiales que tomaron parte en el complot y la tendencia a que pertenecen. Posiblemente la causa de su derrota haya radicado en la ausencia de apoyo de otras unidades del ejército.
Los rebeldes intentaron apoderarse de una unidad de comunicaciones en las afueras de la capital somalí, Mogadiscio. Las fuerzas leales ocuparon posiciones en torno al palacio presidencial, cortando así el avance insurrecto hacia la capital, y en dos horas dominaron a los rebeldes.
Para los observadores existen pocas dudas de que el intento de golpe de Estado está relacionado directamente con la derrota sufrida por Somalia en la guerra del Ogaden. Cuando el presidente Barre ordenó la retirada de las fuerzas somalíes, tuvo que afrontar duras críticas por parte de los militares y en el interior del Partido Socialista Revolucionario. Queda sin resolver, por otro lado, el interrogante de si la facción pro soviética del ejército somalí ha intentado aprovecharse de ese descontento.
La derrota del Ogaden podría haber reanimado el antagonismo latente entre el Norte, que es el que más directamente ha sufrido.
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