La Constitución garantiza la autonomía de las nacionalidades
El debate sobre el articulo segundo de¡ anteproyecto de Constitución enfrentó ayer las posiciones conservadora -que representó Alianza Popular y algún diputado descolgado de UCD, como José Miguel Ortí- y progresiva -con su frontera en UCD, pasando por la izquierda hasta los grupos autonomistas- en torno al término nacionalidades. La inclusión de la palabra, compensada con alusiones enfáticas a la unidad nacional, quedó enriquecida con la garantía constitucional del derecho de autonomía y el reconocimiento de la solidaridad entre las diversas nacionalidades y regiones españolas.
El centro de debate, a pesar de la existencia de dieciocho enmiendas al texto de la ponencia, lo constituyó el voto particular de Alianza Popular, defendido por el diputado Licinio de la Fuente. Alianza Popular reconoció el avance del texto del actual anteproyecto respecto al primero en lo que se refiere al reconocimiento de la unidad de España, pero siguió mostrando su desacuerdo con la inclusión en dicho texto del término nacionalidades. Para este grupo, nación y nacionalidad son lo mismo y si el primero se aplica a España, no puede aplicarse el segundo, que significa lo mismo, a una parte de la misma.Unión de Centro Democrático (UCD), Minoría Catalana y comunistas se opusieron como un solo bloque a esta interpretación al artículo segundo del anteproyecto, aunque reconocieron que dicho artículo constituye «uno de los preceptos más polémicos de¡ texto constitucional ». Para estos grupos, la interpretación aliancista de los términos nación y nacionalidad es dogmática y mecánica, sin que le falte cierta dosis de demagogia, pues no tiene en cuenta el desarrollo histórico-jurídico de ambos conceptos. El representante de UCD, Rafael Arias Salgado, llevó el peso de la defensa del texto constitucional frente al voto particular de Alianza Popular; contraatacó con el argumento de que hoy hay que distinguir entre nación-Estado, que es el contexto que debe aplicarse a España, y nación histórico-cultural, que no tiene vocación de soberanía, pero que identifica a una determinada población en su singularidad cultural e histórica, y que es a lo que en el texto constitucional se denomina como nacionalidades.
Con distintas matizaciones se unieron a la posición colegiada de Alianza Popular el diputado de este grupo Gonzalo Fernández de la Mora, el diputado del Grupo Mixto Hipólito Gómez de las Roces y -lo que desde el punto de vista de la disciplina parlamentaria es más grave- el diputado de Unión de Centro Democrático (UCD) José Miguel Ortí Bordás.
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La Constitución reconocerá y garantizará el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones
(Viene de la primera página)El debate no hizo sino reflejar las tremendas tensiones que, en su día, originó la utilización de la palabra nacionalidades en el primer borrador de la ponencia que se filtró a la prensa. La ponencia lo mantuvo en el texto que se publicó oficialmente el 5 de enero, y a partir de entonces recrudecieron las presiones paralelamente a las enmiendas: procedentes del ala derecha del Congreso.
Aunque el ponente señor Cisneros manifestó ayer en la Comisión que los ponentes no habían recibido más presiones que las de su propia conciencia, la realidad es que los tres ponentes de UCD es tuvieron sometidos durante semanas a las propias críticas del sector más conservador del partido, así como a los escrúpulos procedentes de algunas instituciones y de altas personalidades del actual régimen hacia el término. Fruto de todo eso fue el texto que ofreció la ponencia y que se hizo público el 17 de abril, en el que se compensaba de forma retórica y reiterativa la alusión a las nacionalidades con la indisolubilidad e indivisibilidad de España y la unidad de la patria común.
Con todo, sólo gracias a la decidida voluntad de contribuir al consenso constitucional por parte de UCD -que, con AP, tenía garantízada mayoría parlamentaria suficiente para oponerse al término-, figurará en la Constitución el reconocimiento y garantía de las nacionalidades y regiones. La colaboración de la Minoría Catalana a este consenso no es, asimismo, desdeñable.
El debate de ayer ofrecio, además, a causa del canto franquista de los diputados de AP, acentos de revisión del régimen franquista, al que se acusó de haber contribuido a la división a través del fomento incesante del unitarismo. En el debate del artículo tercero, que se inició ayer, también el señor Trías Fargas, defendiendo la lengua catalana, recordó que al entrar las tropas de Franco en Cataluña, Serrano Súñer dijo: «Ya tenemos a Cataluña en la punta de la bayoneta. »
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