Las Cortes no aceptarán la petición académica de constitucionalizar la "lengua española"
La petición de la Real Academia Española, encaminada a que la Constitución puntualice que «el castellano recibe la denominación de español o lengua española», no es probable que prospere en las Cortes, según informaron a EL PAIS fuentes parlamentarias solventes. En tales fuentes se puso de manifiesto que la primera edición del Diccionario de la Lengua -cuyo primer volumen data de 1726- se denominaba «de la lengua castellana», y hasta la edición de 1925 no se cambió por la de Diccionario de la Lengua Española.
Asimismo, en el proemio o prólogo de los diccionarios iniciales se aludía al castellano como «la lengua que se habla en la mayor y mejor parte de España», y se añadía: «Los extranjeros le llaman español».
Por otra parte, la formulación de la petición de adición al artículo tercero del proyecto de Constitución -en el que se establece que «el castellano es la lengua oficial del Estado- de un texto del siguiente tenor: «Entre todas las lenguas de España, el castellano recibe la denominación de español o lengua española, como idioma común a toda la nación» ha sido estimada por algunos constitucionalistas como poco técnica jurídicamente.
El documento hecho llegar a la presidencia de las Cortes, que lo ha remitido a las del Congreso y del Senado, funda la petición en que «puesto que se reconoce que la lengua castellana será oficial en todo el territorio de la nación y servirá de instrumento de comunicación para todos los ciudadanos españoles, parece natural que sea denominada lengua española por antonomasia».
Otros argumentos aducidos por los académicos se refieren al uso internacional de la denominación del español, así como a la necesidad que habría de no recogerse su propuesta, de cambiar los actuales departamentos universitarios de lengua española, que tendrían que pasar a llamarse de lengua castellana en las universidades españolas, mientras que en las extranjeras, no obligadas por la Constitución española, subsistiría la denominación actual.
Por parte de los grupos parlamentarios, la acogida a la propuesta de la Real Academia ha sido fría en los de izquierda y más propicia en el centro y derecha, si bien el texto al que llegó UCD de forma consciente no es probable que sea alterado, habida cuenta de que podría afectar al pacto sobre otros temas con catalanes y vascos.
A nivel académico, el presidente de la Real Academia Vasca, padre Luis Villasante, ha declinado opinar a título personal, mientras que el presidente de la Academia Gallega, Domingo García Sabell -senador de designación real-, ha declarado que no le convencen las razones dadas y que le inquieta «el subsuelo político de la propuesta». En cambio, el profesor Julián San Valero, director-decano de la Academia de Cultura de Valencia, se ha mostrado favorable a la propuesta.
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