La DC italiana estudia la candidatura de Zaccagnini para la presidencia
Después de las tres primeras votaciones sigue sin haber una indicación clara acerca de quién será el nuevo presidente de la República italiana. Terminada la primera votación, el jueves por la tarde, todos los observadores tenían la casi certeza de que los socialistas, después de una dura partida, habrían obtenido si no una victoria, sí un «empate». Ahora se cree que la Democracia Cristiana puede volver a insistir en la candidatura de su secretario general,Benigno Zaccagnini.
Todo hacía presagiar que Sandro Pertini, socialista, sería el nuevo presidente. Su elección no hubiera supuesto una victoria de Craxi, porque Pertini, más que un hombre de partido, es un «símbolo» del viejo socialismo; tiene 82 años y además es el menos cercano a la secretaría y a la política del PSI actual. Desde 1954 no volvió a formar parte de la dirección, y cuando se produjo el «caso Moro» se mostró muy duro ante la iniciativa socialista de tratar con las Brigadas Rojas. Es muy amigo de Berlinguer y Zaccagnini. Pero su designación tampoco habría representado una derrota socialista porque en verdad Pertini es un socialista de los pies a la cabeza, torturado, exiliado y encarcelado por defender sus ideas y la unidad del partido.Pero ahora, en pocas horas, las cosas empezaron a cambiar. Hay quien piensa que la DC no votará nunca un candidato socialista. Otros piensan que en realidad Craxi se opone a la candidatura de Pertini porque sabe que equivale a una bofetada del PCI. Si los comunistas quieren un socialista, ¿por qué no promueven a uno más joven? Por otra parte, Berlinguer dijo ayer que Améndola no es un postulante «sonda», sino un verdadero candidato del PCI.
Existe mucha expectación por lo que podrá suceder en la primera votación de hoy, en la cual basta la mitad más uno de los votos, es decir 506, para decidir el futuro de la presidencia.
EL PAÍS fue informado por uno de los dirigentes más importantes de la secretaria de Zaccagnini, de que la DC está muy imitada ante la intransigencia socialista, que admite sólo un candidato de su partido y rechaza candidaturas «laicas» de gran prestigio, como la de Ugo la Malfa. «Por primera vez -nos dijo ese dirigente democristiano- la DC esta dispuesto a apoyar a un candidato no democristiano que represente la unidad nacional. Pero es absurdo pensar que esta unidad pueda encarnarla sólo un hombre del PSI. Por eso nos estamos orientando -añadió- hacia la idea de presentar como primer candidato a Zaccagnini. Todo el país sabe que se trata de una de las personalidades más limpias del mundo político, más democráticas y con mayor respeto por la política de unidad nacional. Si lo rechazaran, estamos dispuestos a votar a un laico, como La Malfa, pero el país sabrá que los socialistas no consideran a Zaccagnini como un presidente digno.»
Si la noticia resulta cierta será una bomba, y se les creará un problema también a los comunistas, que al principio estaban dispuestos a respaldar a Zaccagnini. Ante las acusaciones de los socialistas de «traición» a la izquierda por preferir un candidato del «compromiso histórico», el PCI anunció que estaba dispuesto a votar a un socialista a condición que se tratase de una persona «aceptada por la DC».
El PCI podría pedir ahora a la DC que votase antes por un laico como La Malfa, pero todos saben que La Malfa es el más agrio adversario del PSI y que durante el caso Moro llegó a insultarse con Craxi. Améndola dijo en una entrevista que más importante que votar a un socialista o a un democristiano es «terminar pronto», porque la historia enseña que si las elecciones son muy largas «todo acaba peor». Y bromeando agregó: «Estas votaciones me recuerdan las reuniones clandestinas del 43, estábamos los mismos: yo, Pertini, Gonella, Nenni ... »
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