El socialista Sandro Pertini, virtual presidente de la República italiana
Sandro Pertini, parlamentario socialista de 82. años de edad, es, a primera hora de la madrugada de hoy, virtual presidente de la República Italiana, tras haber sido aceptada su candidatura por los diputados, senadores y líderes regionales de la Democracia Cristiana reunidos para este fin en Roma por la dirección de este partido. La propuesta fue realizada enfáticamente por el líder de la DC, Benigno Zaccagnini, que consiguió que su partido admitiese a Pertini para la presidencia de Italia, admisión en la que coinciden globalmente todas las formaciones políticas del arco constitucional italiano, salvo la extrema derecha. En base a ello se espera que, a las once de la mañana de hoy, Sandro Pertini sea designado, tras su elección, presidente de la República de Italia.
La Democracia. Cristiana se opuso hasta ayer a la designación de Pertini -y a la de cualquier otro postulante socialista- debido a la abierta oposición del PS a un «entendimiento exclusivo» o «principio de compromiso histórico» entre la DC y el Partido Comunista de ¡Enrico Berlinguer. Ayer, al presentar la dirección democristiana su nombre a la asamblea partidaria, varios colaboradores de Zaccagnini indicaron que el partido en el poder en Italia considera a Pertini como un candidato «casi independiente», debido a sus manifiestas discrepancias con el secretario general del PS, Bettino Craxi.Explicaron también que la semana pasada rechazaron la postulación de Pertini debido a que su nombre había «aparecido como candidato de toda la izquierda contra la Democracia Cristiana».
Ante esos reparos, Pertini retiró su candidatura y declaró que estaba dispuesto a respaldar la de Zaccagnini, con quien le une una estrecha amistad desde hace años. Esta actitud de Pertini y sus «discrepancias» con la jefatura socialista son los factores que parecen haber inducido ahora a la DC a respaldarle, tras catorce votaciones sin resultados para elegir al nuevo presidente.
Durante la cumbre democristiana de anoche, Zaccagnini encabezó el grupo más firmemente partidario del dirigente socialista, de 82 años. Zaccagnini estima, al parecer, que una presidencia en manos de Pertini constituiría, en este momento, la única vía para impedir una crisis del actual Gobierno monocolor, apoyado por socialistas, comunistas, republicanos y socialdemócratas. Ha sido el peligro. de esa crisis el que aparentemente ha empujado a los democristianos y a los comunistas a no insistir en la candidatura del republicano Ugo la Malfa, a quien hace unos días parecían dispuestos a votar.
Según algunos dirigentes democristianos, Zaccagnini también intentó, con su propuesta, responder «positivamente» a las críticas de la izquierda italiana, que acusa a la Democracia Cristiana de estar haciendo toda clase de maniobras en torno de la elección presidencial para hacer «inevitable», ante la acumulación de votaciones infructuosas, el nombramiento de un presidente democristiano.
Poco antes de que apareciera de nuevo el nombre de Pertini esa hipótesis empezaba a cobrar cuerpo en los círculos políticos de Roma. Galloni, vicesecretario general de la DC, y Piccoli, jefe de su bancada en la Cámara de Diputados, manifestó que si «después del gesto generoso de la Democracia Cristiana al renunciar a un candidato propio los partidos laicos no se ponen de acuerdo para presentar a un postulante unitario, la DC se vería obligada a recuperar su libertad»; es decir, a presentar su aspirante propio a la presidencia.
Ayer, mientras el pleno de la DC discutía la nueva propuesta, en las calles de Roma empezaron a organizarse apuestas clandestinas con importantes sumas de dinero en juego. La mayor parte de estos jugadores ocasionales, perseguidos por la policía, se inclinaban por Pertini, Zaccagnini y Fanfani.
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