Los laboristas israelíes prefieren retirarse de los territorios árabes ocupados en 1967

El jefe de la oposición laborista israelí Shimon Peres declaró ayer en Jerusalén que el plan de autonomía palestina que Begin llevará a la reunión de Camp David tendrá como resultado la creación de una entidad palestina independiente.

En una nota publicada ayer por el diario Haaretz, Peres sostuvo que Begin tiene sólo dos alternativas para su encuentro del 5 de septiembre con los presidentes Carter y Sadat: o modifica su plan de autonomía palestina hasta terminar reconociendo el derecho a la autodeterminación, o regresa al plan laborista de concesiones territoriales sobre la base de la resolución ,242 de la ONU.

Begin, afirma Peres, le ofrece autonomía a los palestinos y pretende que ésta sea civil y no territorial. Olvida, sin embargo, añade, que los 750.000 palestinos de Cisjordania no son fantasmas, sino que tienen arados, tierras y casas.

Los árabes, sigue Peres, no aceptan el plan de Begin porque saben que detrás de él el Gobierno intentará extender la legislación israelí a esos territorios, y por eso el presidente Sadat exige, antes de negociar, que Begin acepte declarar la disposición de su Gobierno a retirarse efectivamente de esas tierras. En esto, según Peres, el Gobierno de Carter está del lado de los egipcios.

El líder laborista explicaba que, por estas razones, Begin, si quiere seguir en el proceso de la paz, no tendrá más remedio que «rozar la línea roja que separa su plan de autonomía de la autodeterminación palestina».

Peres, por el contrario, se declara partidario de negociar en Camp David sobre la base de la resolución 242, que implica la retrocesión de los territorios árabes ocupados en 1967, a cambio de un compromiso entre Egipto e Israel de que en ellos no se creará ningún estado palestino independiente. Peres afirma que en este punto «no existen prácticamente diferencias de opinión dentro de Israel, ni entre Israel y Egipto».