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Preocupación en la RFA ante el aumento de peticiones de asilo

Las seiscientas peticiones de asilo político registradas en Berlín occidental durante la primera quincena de agosto han encendido de nuevo las señales de alarma en los Ministerios del Interior y de la Vivienda en la República Federal de Alemania. Para los últimos días de este mes está prevista la reunión de la conferencia de los ministros correspondientes con objeto de acelerar la puesta a punto legal de un procedimiento para la tramitación de las peticiones de asilo.

Con él desaparecen algunas de las instancias de recurso previstas para el fugitivo, al que ha sido negado en principio el carácter de refugiado. Por otro lado, se restringirá el reconocimiento de este carácter para los casos de persecución colectiva, sea de tipo político, religioso o racial.

Berlín occidental es una puerta abierta en la RFA. Como resultado de su estatuto de ocupación, cualquier viajante de procedencia oriental entra incontrolado en la ciudad. Esta circunstancia es aprovechada por mercaderes de hombres y abogados para hacer fortuna. Grupos de paquistaníes llegan por el aeropuerto de Berlín. Este, previo pago de fortunas y con las más fantasiosas esperanzas. En la parte occidental, tras entrega de su petición de asilo, son conducidos según un criterio proporcional a los diferentes campos de internamiento en los laender de la República Federal, hasta que la última instancia haya resuelto, frecuentemente tras años, su petición. El año pasado se registraron 16.400 peticiones, pero sólo un 40% conducen al reconocimiento como refugiado.

Garantizado en la Constitución

El derecho de asilo está garantizado por la Constitución: «Los perseguidos políticos gozan del derecho de asilo», dice el artículo 16. Miles de personas procedentes de los países del Este han gozado de este derecho. Cincuenta mil refugiados viven hoy en el territorio de la RFA. Pero desde hace un año, la procedencia de los fugitivos ha cambiado: más del 80 % son extraeuropeos. Desde entonces el problema del asilo es objeto del debate público, y el reconocimiento del Derecho constitucional es cada vez más restrictivo. La aparición del fenómeno «paquistaní» está sirviendo como detonante para situaciones muy conflictivas. En Berlín occidental, por ejemplo, una liga de comerciantes ha logrado impedir la apertura de un centro social en su barrio utilizando argumentos de un racismo inhabitual en la República Federal, denunciado incluso por la Administración berlinesa.El problema de los refugiados en la RFA no es, sin embargo, más grave que en otros países del área europea. Suiza, por ejemplo, ha reconocido en 1977 casi tantos refugiados como la RFA: 1.100, por los 1.800 de Alemania.

Utilizando el probablemente claro caso de abuso de los paquistaníes, se puede llegar al no reconocimiento de causas de persecución colectivas, es decir, difícilmente demostrables para cada uno de los fugitivos: libaneses, kurdos y objetores de conciencia turcos, por ejemplo, se verían privados, al igual que el judío soviético, de un derecho constitucional.

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