Posturas discrepantes en Cataluña con las tesis estatales de Comisiones Obreras

Destacados miembros de la dirección de las Comisiones Obreras (CCOO) catalanas sostienen que los futuros pactos económicos han de tener únicamente una duración de un año, mientras que se muestran claramente dispuestos a aceptar la ausencia de los partidos políticos en los mismos. Esta postura contrasta de forma flagrante con la que sostienen las CCOO a nivel de Estado y, en cambio, coincide con la posición de UGT.Fuentes sindicales facilitaron a EL PAÍS un informe detallado sobre el desarrollo de una reunión de la comisión ejecutiva de las CCOO catalanas. celebrada el pasado 12 de septiembre. Las manifestaciones concretas que se recogen en el informe -y que han sido contrastadas con uno de los asistentes muestran un análisis y unas alternativas que se sitúan, de forma acentuada. a la izquierda de las dominantes en CCOO a nivel de España.

En la citada reunión, el debate giró en torno al informe que días, después -el 16 y 17 de septiembre- Marcelino Camacho presentaría a nivel confederal y cuyo contenido concreto era ya conocido por los asistentes.

Así, según el informe y la fuente directa, el secretario, general de las CCOO catalanas y miembro del comité ejecutivo del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), José Luis López Pulla, sostuvo que «la excepcionalidad política que plantea Camacho no puede ser el argumento para justificar posibles nuevos pactos. El acuerdo, si se hace, debe ser en función de la grave situación económica». A ello agregó que «a nivel político, las contrapartidas que debería exigir CCOO serían: retirada de la ley de Acción Sindical y retirada de la ley de negociación colectiva, entre otros puntos».

Siempre según las mismas fuentes, Alfonso Sanz, secretario general de la Federación de químicas de CCOO. sostuvo que «el pacto debería tener como protagonistas a los sindicatos, la patronal y el Gobierno. Los partidos no son imprescindibles». Sanz es miembro del PSUC. Por su parte, Alfredo Clemente. secretario general de la Unión Local de Barcelona de CCOO y miembro del comité central del PSUC, perteneciente a la corriente «leninista», formuló la siguiente pregunta: «¿Por qué el pacto tiene que ser de tres años y no de uno?» Jaime Aznar, responsable de información, prensa y propaganda de las CCOO catalanas, miembro de la tendencia leninista del PSUC, manifestó que «el pacto debería hacerse en base a un programa mínimo y su duración tendría que estar limitada a un año». Aznar afirmó también que «la actitud del documento (el informe de Camacho) hacia la UGT no es unitaria ni seria».

La intervención más detallada que aparece en el informe es la del economista Antonio Luchetti, responsable de estudio y asesoramiento de las CCOO catalanas y miembro del comité ejecutivo del PSUC, perteneciente a la tendencia «leninista». Luchetti afirmó que «la crisis económica es una crisis estructural, es una crisis del capitalismo y hay que salir de ella. Hay que llevar a cabo una gran batalla ideológica para hacer comprender a los trabajadores tanto el tipo de crisis como quiénes son sus responsables directos». Luchetti se inclinó también en favor de que el pacto durase sólo un año, precisando que los trabajadores deberían aceptar el discutir el tema de la productividad, pero no el de la flexibilización de plantillas.