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El socialismo belga se escindirá entre francófonos y flamencos

Víctima de las tensiones regionales y lingüísticas belgas, el Partido Socialista -segunda fuerza política en Bélgica- se dividirá en dos partidos autónomos, uno para los francófonos y otro para los flamencos. Siguiendo el ejemplo de los socialcristianos, cuyas actuaciones políticas -al margen de la ideología- divergen completamente en temas lingüísticos y regionales, son ahora los socialistas los que se escinden para ganar libertad de acción en temas de política regional, eje de las actuales tensiones belgas.

«Con gran amargura asistimos a esta nueva situación, impuesta por la realidad de los duros combates políticos que esperan a nuestros camaradas flamencos», declaró André Cools, hasta ahora copresidente del ala francófona del Partido Socialista belga. Etiqueta -la de belga- que socialistas francófonos y flamencos dejan al margen de sus nuevas siglas (PS, para los francófonos; SP, para los flamencos). Las palabras de Cools fueron pronunciadas ante un congreso P-eneral de información. Los militantes serán convocados para definir el nuevo programa del partido a mediados de noviembre.

La operación de dividir el partido en dos corresponde a la estrategia que cada uno de los bandos socialistas deberá adoptar ante la nueva campaña electoral. Llamados a las urnas con anticipación -el 17 de diciembre o el 23 de enero-, los belgas deberán mostrar sus preferencias para una reforma del Estado unitario artual en un eventual Estado federal a dos, flamencos y valones, o a tres, incluyendo, los ciudadanos de la zona de Bruselas.

Frente a la batalla por el estatuto de Bruselas, la estrategia socialista pretende, por parte francófona, restar votos al partido exclusivamente francófono de Bruselas, el FDF. Por parte flamenca, los socialistas, libres del condicionante nacional que les unía a los francófonos, podrán radicalizar su campana a nivel regional y lingüístico, a fin de enfrentarse al potente CVP, de los socialcristianos flamencos, que controlan prácticamente la política en Flandes y se oponen a un Estado federal con los mismos poderes para Bruselas que los que tendrán en su día Valonia y Flandes.

En los medios políticos belgas se cree también que el nuevo Gobierno de Paul van den Boeynants puede convocar elecciones legislativas de carácter constituyente para el próximo día 17 de diciembre. Antes de esa fecha el Gobierno dimitirá para dejar el camino libre al Gobierno salido de las elecciones. No se trata según se cree de hacer una nueva Constitución, sino de regular el tradicional conflicto entre valones y flamencos .

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