Se reanuda la huelga petrolífera en Irán
La incorporación de miles de trabajadores del sector petrolífero a una nueva huelga, la intensificación de los disturbios y manifestaciones populares contra el régimen iraní, su represión por el Ejército y la policía, así como la aparición de francotiradores anónimos contra las fuerzas militares configuraban ayer la situación en Irán, donde la oposición islámica acaba de desatar una nueva ofensiva contra el sha.Durante toda la noche anterior -el balance del fin de semana se cifra en doce muertos-, miles de manifestantes rompieron el toque de queda y desde las calles de los barrios populosos, también desde los tejados, se enfrentaron al Ejército y la policía, que reprimen contundentemente todo brote de violencia. A los manifestantes se han sumado mujeres enlutadas que corean los eslóganes referidos a la instauración de un régimen islámico en Irán. A lo largo de la mañana de ayer, los disturbios y las detenciones continuaron. Un policía resultó muerto y otros dos resultaron heridos, después de que individuos no identificados tirotearan la sede central de la policía en Teherán, sobre la cual lanzaron, además, granadas de mano de fabricación casera. Desde las filas de los manifestantes se utilizan ya armas de fuego, que causan heridos entre los soldados y policías.
La reanudación de la huelga del sector petrolífero, según los primeros balances, va a suponer una reducción en un millón de barriles de petróleo cada día. La producción de los pozos del sur del país, según fuentes solventes. Las mismas fuentes señalaron que tras la huelga algunos círculos económicos confían en un alza de precios del crudo, cuya producción se ha visto sensiblemente reducida en el área de Shiraz y Abadán, así como en las refinerías de la capital. Todos los indicios señalan que esta ofensiva obedece a una nueva convocatoria de huelga general decretada desde París por el ayatollah Jomeiny, quien envió un llamamiento a los soldados iraníes en el cual les invitaba a desertar y a «pasarse a las filas del pueblo».
Por su parte, las autoridades francesas hicieron llegar al jefe religioso iraní una advertencia a través del director general Claude Chayet, enviado del presidente Giscard d'Estaing, mediante el cual el Gobierno parisiense instó a Jomeiny para que se «abstuviera de hacer llamamientos a la violencia desde el territorio francés». El líder chiita se encuentra, en Francia como turista, con un permiso de estancia renovable cada tres meses. La advertencia gala se interpreta relacionada con las presiones del Gobierno de Teherán cerca de París, para neutralizar los llamamientos a la sublevación realizados por Jomeiny desde París.
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