El presidente Carter, frustrado por la negativa a aceptar las últimas propuestas de paz

Mientras se espera una reacción oficial norteamericana a la decisión israelí de rechazar las nuevas propuestas de paz egipcias, altos funcionarios de la Casa Blanca dijeron ayer que el presidente Jimmy Carter se quedó «lívido» al conocer la negativa del Gabinete israelí, y que aparecía «cansado y frustrado».

Una declaración oficial de la Administración Carter sobre la situación en Oriente Próximo se hará pública en la madrugada del sábado, hora de Madrid, después de que el secretario de Estado, Cyrus Vance, haya presentado su informe al presidente. Vance regresó anoche a Washington, tras su interrumpida misión mediadora en la región, y se trasladó directamente a la Casa Blanca para reunirse con Jimmy Carter.Anoche se especulaba en Washington con la posibilidad de que el presidente comentara personalmente la situación creada por la negativa israelí, en un breve discurso televisado a todo el país. Si no es así se espera por lo menos una nota oficial de la Casa Blanca o del Departamento de Estado. Los portavoces oficiales declinaron hacer cualquier comentario hasta que Vance y Carter finalicen su entrevista, fijada para las once de la noche del viernes, hora de Madrid.

Según el diario Washington Star, el presidente norteamericano se quedó «lívido» al conocer la negativa del Gobierno de Menahem Begin a las propuestas que le presentara Cyrus Vance y que ya habían sido aceptadas por Egipto. Un funcionario de la Casa Blanca indicó que Carter aparecía «cansado y frustrado, especialmente porque piensa que se ha avanzado mucho en las negociaciones y que las diferencias que quedan no son importantes».

Aunque hasta el momento se ha evitado cuidadosamente por parte del Gobierno norteamericano una crítica directa a la actitud de Israel, es evidente el descontento que tal actitud ha creado en la Administración Carter. En una entrevista televisada el jueves por la noche, Carter dijo que había dedicado enorme tiempo y esfuerzos al problema de Oriente Próximo y que ahora debe ocuparse de otros problemas.

Carter aseguro que la existencia del Estado de Israel y su derecho a vivir en paz seguirán siendo pilares fundamentales en la política norteamericana hacia Oriente Próximo, pero insinuó claramente que si el proceso negociador fracasa está dispuesto a centrar su atención en otros temas. El presidente había concedido gran importancia a la fecha límite del 17 de diciembre, en la que la firma de un acuerdo egipcio-israelí aparece ya como imposible.

En cuanto a la posibilidad de convocar una nueva cumbre, similar a la de Camp David del pasado septiembre, tanto Carter como su jefe de prensa, Jody Powell, han indicado que no existe esa intención.

Tras el fracaso de las presiones de Washington sobre el Gobierno israelí para que éste aceptara las propuestas egipcio-norteamericanas, y en medio de la frustración reinante, no está clara cuál será la próxima postura del Gobierno de Estados Unidos. En algunos medios se apuntaba la posibilidad de fijar una nueva fecha límite, quizá a mediados de enero, y proseguir las negociaciones; en otros se cree que será necesaria la convocatoria de una cumbre tripartita, y no falta quien piensa que a Carter se le ha acabado la paciencia y dejará a egipcios e israelíes que negocien solos.

La Casa Blanca solicitó a las cadenas de televisión tiempo a partir de las 9.00 de la noche hora local (tres de la mañana en España), para un discurso presidencial «con implicaciones de política exterior».

Por otra parte, se piensa que el presidente nortear, iericano tratará de dar una «pausa» a la situación para reducir la tensión de las últimas horas y volver a enviar a Vance a Oriente Próximo después de Navidades.

La Casa Blanca ha indicado también que Carter está preocupado por la situación tensa existente entre Chile y Argentina y teme la ruptura de hostilidades entre ambos países por la cuestión del canal de Beagle.