Los controladores aéreos españoles inician una huelga de celo

A las ocho de la mañana de ayer comenzó la huelga de celo acordada por los controladores aéreos como medida de presión para el logro de sus reivindicaciones laborales y, técnicas, informa Efe.

En el aeropuerto de Barajas la salida de vuelos se producía con un ritmo de diez minutos, cuando lo normal es de tres. El celo de los controladores motivaba que, a las dos horas de comenzada la huelga, los retrasos afectasen a nueve vuelos.Las reivindicaciones de los controladores se refieren principalmente al cuadro de retribuciones, al mantenimiento de gratificaciones y a la equiparación igualitaria de complementos e incentivos.

En las negociaciones mantenidas con la Subsecretaría de Aviación Civil días atrás, la Administración condicionaba las reivindicaciones de los controladores al marco de los presupuestos y de la vigente legislación de aplicación a los funcionarios públicos. A partir de las nueve de la mañana, los controladores del aeropuerto del Prat, en Barcelona, regulaban los vuelos de forma que las consecuencias de la huelga podrían afectar a un 40% de los mismos, aunque los efectos de la postura de fuerza de los controladores no comenzarán a sentirse hasta hoy.

Los controladores manifestaron que las regulaciones de tráfico aéreo establecidas a partir de ahora no son debidas a que los equipos técnicos no hayan sido mejorados, sino a problemas exclusivamente laborales. Se quejan de que la Administración no quiere cumplir las promesas que a lo largo de los últimos tiempos han venido haciendo, y añaden que, además, desde el pasado 15 de noviembre el aeropuerto de Barcelona está trabajando sin radar de aproximación, que es el que se encuentra en la cabecera de las pistas, y que se utiliza para aquellos aviones que aterrizan o despegan desde la pista de Barcelona.

Las restricciones que se implantaron ayer con carácter indefinido pueden afectar, en el caso de Barcelona, a un 40% del número de vuelos, entre los que llegan y salen del aeropuerto y aquellos otros que simplemente cruzan por el espacio aéreo controlado por el centro del Prat. La actitud de los controladores se aplica en todo el espacio aéreo español, según manifestaron los trabajadores barceloneses, aunque ninguna de las partes afectadas por el conflicto -Administración y controladores- se haya cerrado en banda a la hora de negociar, sino que sigue abierta la puerta del diálogo.