Moscú-París
Arriba (...) No deja de ser gracioso que cuando la Unión Soviética, el país considerado responsable por toda la ultra que en el mundo ha sido de los cambios sociales, condena rotundamente el terrorismo concreto de ETA - francamente le ha costado condenarlo, porque como la burocracia moscovita va por partes primero condenó a otros terroristas, hasta llegar a este-, París, capital de un país amigo, se inhibe, se lava las manos y da un paso atrás en esfuerzo que para nosotros es tan vital que nos va en ello la democracia.Por supuesto, la cuestión, es paraser apuntada. El presidente Giscard, durante su visita a Madrid, fue muy concreto respecto a la actitud de la nación vecina sobre los terroristas. Nada de estatuto de refugiados, nada de santuarios. Pero, a la hora de la verdad, Francia, tras una vacilación de pocos días,derivada de la visita del presidente de Gobierno a estrasburgo, ha vuelto a tratar a los terroristas como solía.
A esta hora ya empezamso aestar hartos. Hartos de un país amigo que juega a no sabemos qué. Hartos de un país amigo que ignora que la gran política, la metapolítica, la superpolítica no puede superponerse a un solo muerto nuestro. Hartos de leguleyos, legislaciones de broma, santuarios y otros esquemas que resultan en entierros españoles.
A partir de hoy, sin poder dar cancha al chantaje ni a la extorsión, no podemos decir que vamos a crear refugio para bretones, por ejemplo. No es nuestro estilo. El terrorismo no es la respuesta al terrorismo, pero sí que lo, es a la política sencilla. Francía deja de perfilarse como nuestra opción europea. Si todo fue un sueño, si todo fue un engaño para hacernos caer en otro cebo más gordo, peor, porque ya somos demasiado suspicaces ante cualquier cosa. Pero no podemos tolerar que un país amigo, vecino y líder de libertades saque del ropero la guillotina para cortar la nuestra, sólo porque pretende, es un deseo inútil, frenar a la ETA que tiene en su propia casa arando los campos. (...)»
17 febrero
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