El nuevo Gobierno argelino refleja el refuerzo de la Iínea "progresista"

Un reforzamiento de la línea «progresista» en la estructura dirigente del Frente de Liberación Nacional (FLN) y un compromiso entre los partidarios de la «moderación» y los defensores de un mayor «radicalismo» ha quedado plasmado en la constitución del nuevo Gobierno y el reparto de cargos del buró político del partido único argelino. La gran sorpresa es la salida de Abdelaziz Buteflika como jefe de la diplomacia argelina y la presencia de Salah Yahiaui como coordinador del FLN y segundo personaje en importancia del régimen que preside el coronel Chadli Benjedid.

Tres días de deliberaciones de los doscientos hombres que forman el Comité Central (titulares y supientes) del FLN concluyeron ayer con el esperado nombramiento de los presidentes de las comisiones del partido y también la formación, totalmente inesperada, del nuevo Gabinete, ya que se daba por descontado que el Gobierno no sería anunciado antes de haber sido refrendada la reforma constitucional.Los hombres que administrarán las veintiséis carteras ministeriales y los que, por encima de éstos, dirigirán la estructura del FLN son, en su clara mayoría, de corte radical, y en ese sentido puede afirmarse que tecnócratas, moderados y pragmáticos, que se reconocían en Abdelaziz Buteflika, salieron malparados. Buteflika abandona el Ministerio de Asuntos Exteríores después de haberio dirigido durante quince años.

Primacía del partido sobre el Gobierno

El núcleo de «hombres fuertes» de Argelia está constituido, al lado de Chadli Benjedid, por Salali Yahiaul, coordinador del partido y «número dos» del régimen; Mohamed Abdelghani, que ejercerá la jefatura del Gobierno y conservará la cartera del Interior; Belaid Abdas Abdesalam que dirigirá la Comisión Económica, y Ahmed Bencherif, que ejercerá la vicepresidencia de la Comisión de Cuadros. El «aparato» partidista así establecido (quedan seis comisiones por constituir, que serán atribuidas personalmente por Chadli) constituirá el núcleo del poder legal y se reafirmará de esta forma la primacía del partido sobre el Gobierno. Se trata, por otro lado, de una estructura muy similar a la que existe en los países del bloque socialista.

El Gobierno, integrado más por «ministros gestores» que por verdaderos detentadores de poder discrecional, contará con dos consejeros presidenciales: Abdelaziz Buteflika y Taleb Ibrahim. Estos son cargos que tradicionalmente, se califican de «vías muertas» en la jerga íntima de los medios oficiales.

El nuevo ministro de Asuntos Exteriores. Mohamed Sedik Benyahia, ejercía anteriormente la cartera de Finanzas, y es considerado un «progresista» a toda prueba y un hombre de partido ligado estrechamente a Yahiaui. La agricultura, uno de los departamentos más endémicos en resultados, será controlada directamente por el Ejército a través del nuevo titular el teniente coronel Salim Saadi, jefe de la estratégica región militar de Bechar.

Un examen escueto de las decisiones tomadas por el Comité Central permite suponer que no habrá sustanciales modificaciones de la política exterior argelina, aunque es predecible un «endurecimiento» en relación con el mundo occidental. Todo va a depender, en sustancia, del margen de maniobra que se ha atribuido Chadil y de quien ejerza la futura Comisión de Relaciones Exteriores.

Abdelaziz Buteflika, un hombre que ha tratado, sin duda al guna, de suceder a Bumedian y que fue el «presidenciable» más apreciado por las cancillerías oc cidentales, paga el tributo de,un desgaste político, pero no se le puede considerar enteramente eliminado en la medida en que, si con Bumedian el cargo de consejero presidencial era pura mente decorativo, con Chadli debe suscitar una apreciación distinta. De todas formas, será muy difícil imponer una línea pragmática en muchas ocasiones, pues para ello habrá que contar con Salah Yahiaui.