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Italia prepara un drástico plan de ahorro energético

Juan Arias

Una serie de medidas para conseguir en toda Italia una disminución de todos los derivados del petróleo de un 5% va a ser puesta en marcha de inmediato. No se trata sólo de ser fieles a lo prometido a la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Italia ha llegado a un aumento continuo de consumo tal en este ramo que las medidas, ha dicho el nuevo ministro de Industria, el socialdemócrata Nicolazzi, «se han hecho indispensables». De hecho, en 1978 el petróleo ha gravado sobre la balanza comercial 800.000 millones de pesetas. Ya se prevé un aumento para este año, incluso a igual consumo, dado el aumento del precio.Por ahora, los técnicos del gabinete del ministro de Industria han presentado una serie de ideas que pronto se convertirán en leyes. Se intentaba hacerlo ya antes de Pascua, pero los estudios técnicos lo han hecho imposible. La operación tendrá dos fases: una de persuasión civil, como la ha llamado el ministro Nicolazzi, que consistirá en convencer por todos los medios posibles a los italianos que consuman menos gasolina, luz, calefacción y electrodomésticos. De la respuesta de los ciudadanos dependerá sobre todo una de las medidas más impopulares y más temidas: el aumento del precio de la gasolina de cincuenta a sesenta pesetas, que ya hoy es la más cara de Europa.

Las medidas obligatorias que están estudiando los expertos y que al parecer se pondrán casi inmediatamente en práctica son las siguientes: límite de velocidad de los automóviles; gasolineras cerradas sábados y domingos; prohibición de circulación total o alterna los domingos, y mayor rigor en la circulación de coches en los centros de las ciudades. Por lo que se refiere a la calefacción, un techo fijo de temperatura a veinte grados. Aumento del precio de la electricidad respetando sólo las zonas sociales. Es decir, aumento a partir de un cierto consumo de kw y aumento del precio del gas. Por lo que respecta a la adquisición de gasolina, se ha propuesto también que las gasolineras no den más de veinticinco litros cada vez y que se anulen las reducciones de precio para los turistas.

Otro capítulo es el de los horarios de trabajo. Se propone el horario único para todas las oficinas públicas, con cierre a las cinco y media de la tarde; anular la publicidad luminosa y apagón de los escaparates apenas cerradas las tiendas; limitación de horario para las competiciones deportivas, salas de fiestas, restaurantes, cine y televisión.

Nuevas ideas para los responsables de la industria, como mayor uso de carbón en las centrales termoeléctricas, uso del gas natural en vez de aceite combustible. En la construcción, nuevas técnicas para evitar la dispersión de calor y de este modo ahorrar calefacción. Premios a las industrias que se comprometan a reducir el consumo de energía.

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