Moshe Dayan: "La Conferencia de Ginebra está muerta y enterrada"
«La Conferencia de Ginebra está muerta y enterrada» declaró ayer el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Moshe Dayan, antes de partir para Alejandría donde participará en las negociaciones sobre la autonomía palestina. Dayan hizo estas declaraciones en el transcurso de una reunión con los directores de departamento de su ministerio, una reunión en principio confidencial, pero de hecho destinada a la opinión internacional.
«¿Hay realmente algo que haga creer que, después de haber firmado el tratado de paz con Egipto, nos desenganchemos de ese tratado para reemprender el camino de Ginebra y renegociar un nuevo tratado de paz?» preguntó Dayan, añadiendo: «Los países amigos de Israel y los que no lo son deben saber que no pueden hacer retroceder las agujas del reloj y que harían bien renunciando a concepciones caducas». Dayan se dirigía a los países árabes, a la URSS y a buen número de países de la Europa occidental que critican, más o menos abiertamente, el tratado de paz egipcio-israelí, y que evocan sin cesar la necesidad de reabrir la conferencia de Ginebra.Dayan condenó igualmente el «documento Brookings», famoso estudio que, bajo el impulso del consejero Zbigniew Brzezinski, ha construido la política palestina de la Administración Carter. «El documento Brookings también está muerto y enterrado» dijo Dayan. «Es inútil ocultarlo: el tratado de paz con Egipto y las negociaciones sobre la autonomía para los palestinos no tienen nada que ver con el documento Brookings, cuyas prescripciones están desfasadas en este momento. »
Nuevos asentamientos
Asimismo, el ministro israelí reafirmó el derecho judío de colonizar Cisjordania y precisó: «Ninguna claúsula del tratado de paz egipcio-Israelí prohibe la colonización judía de Cisjordania. Los egipcios lo saben y conocen muy bien nuestras posiciones sobre la colonización judía y la autonomía.»En virtud de una promesa hecha por el primer ministro Menahen Begin a los presidentes
Carter y Sadat, Israel retirará muy pronto el cuartel general del Gobierno militar de la ciudad de Gaza y lo instalará en los alrededores de la ciudad.
Eso es lo que acaba de revelar Begin en la reunión del Gobierno en Jerusalén.
Este gesto de buena voluntad israelí debe facilitar, según los egipcios, la futura participación de los palestinos de Gaza en las elecciones para el régimen autonómico.
Pero Egipto no debe contar sólo con los gestos israelíes, se espera en Jerusalén, donde varios ministros han quedado sorprendidos tras la reciente entrevista del ministro egipcio de Exteriores Butrus Ghali al diario judío Haaretz, en la que enumera «veinte getos» solicitados por su país a Israel por mediación de Washington.
Por otra parte, el ministro israelí del Interior, Burg, jefe de la comisión ministerial de los «seis» encargada de negociar la polémica autonomía con el doctor Ghali, para quien sería un gesto simbólico de Israel parar la colonización de Cisjordania en tanto duren las negociaciones, afirmó: «Ya que se habla de símbolos, el derecho de los judíos a establecerse en Judea y Samaria (Cisjordania) es también un símbolo para Israel.»
Pero de los símbolos se pasó inmediatamente a la discusión y el tema de los asentamientos en Cisjordania originó ayer el primer enfrentamiento dialéctico entre Burg y el primer ministro egipcio Mustafá Jalil en Alejandría. El primero afirmó que la colonización «no es ilegal» y el premier egipcio se refirió a « territorios ocupados por la fuerza».
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