Los auxiliares de vuelo de Iberia pueden ir a la huelga a final de mes

El personal auxiliar de vuelo de la compañía Iberia podría ir a la huelga a finales del presente mes. Esta posibilidad está siendo considerada estos días por la comisión negociadora de este colectivo -2.187 trabajadores-, ante la inminente ruptura de la negociación que mantienen con la dirección de la compañía para renovar el convenio colectivo de vuelo, del que, por decisión propia, se han autoexcluido, los técnicos (pilotos). El desarrollo de la huelga que los pilotos ya han convocado para esas mismas fechas condicionará, en alguna medida, la postura final del personal auxiliar de vuelo.

Por primera vez en la historia de la negociación colectiva de Iberia, el personal de vuelo se regirá por dos convenios colectivos. Uno para los auxiliares, que de manera oficial se considera el único que legalmente está permitído al colectivo de vuelo, y otro para los pilotos, los cuales, si bien no negocian un convenio colectivo propiamente dicho, en la práctica viene a ser un convenlo, tanto por el contenido de lo pactado finalmente, como por el hecho de que la negociación se hace a nivel de colectivo.En opinión de la representación de UGT en la comisión negociadora del personal auxiliar -en la que tan sólo está representada esta central y un sindicato independiente de carácter profesional, denominado Asociación Profesional de Auxiliares de Vuelo-, la responsabilidad de la situación en la que se encuentran las negociaciones-para el convenio de vuelo -el de tierra ya se resolvió mediante laudo- «la tiene exclusivamente la dirección de la compañía», carente de la suficiente preparación profesional como para hacer frente a la principal reivindicación que plantea el personal de vuelo (en ello coinciden prácticamente los técnicos y los auxiliares), consistente en una reorganización del trabajo que incida en una jornada laboral más racional con relación a la que actualmente tiene el sector.

Los auxiliares de vuelo, en concreto reivindican la reducción de las 185 horas mensuales que en la actualidad vienen haciendo, hasta un máximo de 160, que es la media de las compañías aéreas europeas. Asimismo, piden un mínimo de siete horas diarias de trabajo a un precio normal y el resto hasta el total que resulte de una nueva organización, abonadas con una determinada bonificación.

Por otra parte, los auxiliares de vuelo reivindican la reducción de la edad de jubilación, actualmente en el límite de los sesenta años, hasta los cincuenta.

En el aspecto económico, el personal auxiliar no se muestra beligerante, ya que acepta la limitación que incluye el decreto de Abril Martorell, que para Iberia supone un incremento salarial del 11%.

En otro orden de cosas, los portavoces del personal auxiliar mostraron a EL PAÍS una cierta acusación contra los técnicos de vuelo (pilotos), a los que censuran una acusada influencia en la dirección de la compañía («al menos, los dirigentes de Iberia siempre que tienen que negarnos algo se escudan en que los pilotos se nos echarían encima»), así como una cierta preponderancia en el contexto laboral de la empresa, que llega, incluso, a anular el interés de ésta por los restantes colectivos.

En este sentido, se señaló a EL PAÍS que posiblemente sea presentada en las Cortes una interpelación acerca del manual básico de operaciones de vuelo que ha modificado recientemente la dirección de operaciones de Iberia (al frente de la cual figura un piloto en ejercicio, Gerardo Herrero) para introducir el siguiente punto: «El comandante tiene autoridad para variar las normas anteriores y utilizar a sus tripulantes en otros cometidos y tiempo fuera de los reglamentarios, en los casos que señala este manual o cuando considere que necesidades de tipo operativo muy justificadas lo exigen y no sea posible el contacto con la autoridad orgánica permanente. Ningún tripulante puede negarse a obedecer sus órdenes ni alegar razones de contrato, especialidad o convenio colectivo; pero el comandante deberá justificar su decisión al regresar a su base y contra ella podrán recurrir los tripulantes si lo consideran oportuno.»

La interpelación parlamentaria se centraría en la consideración de una posible anticonstitucionalidad por parte del referido texto, En esta línea, los representantes del personal auxiliar de vuelo apuntan a una necesaria modificación de la consideración laboral de este colectivo, una vez que ha abandonado su dependencia de un ministerio militar, circunstancia ésta que, sin duda, tiene su incidencia en la regulación legal de las relaciones de trabajo tanto en el transporte aéreo como marítimo.

Las mismas fuentes, sin embargo, señalan que «no es únicamente la presión del personal técnico». dentro del colectivo de vuelo, «con relación al personal auxiliar el principal impedimento para que la dirección se avenga a negociar nuestras reivindicaciones, sino que es principalmente la propia dirección, por su incapacidad y falta de profesionalidad, la que se muestra impotente para, por ejemplo, establecer un plan de previsiones que permitan un cálculo real de las jornadas de trabajo».

De acuerdo con esta versión, la compañía habría ofrecido incluso al personal auxiliar un incremento salarial por encima de la limitación del decreto Abril, a cambio de unas prestaciones laborales que impidieran la elaboración de las citadas previsiones.

Como última indicación, las referidas fuentes señalan el importante deterioro que la actual situación está ocasionando en la competitividad de Iberia a nivel europeo.