Aburrimiento total
La pasada tanda resultó, a efectos bursátiles, francamente aburrida, y aunque las temperaturas no alcanzaron en Madrid las cotas que suelen ser usuales por estas fechas, el éxodo agosteño de habituales se mantuvo a ritmo vivo, y así el salón de contratación aparecía a diario casi vacío; porque, por supuesto, de órdenes, sobre todo compradoras, lo está desde hace bastante más tiempo.Si descontamos la sesión inicial -en la que se pretendía dotar al mercado de un aspecto esperanzado en el contenido del programa económico del Gobierno, a todas luces falso, pues entre los operadores las decisiones del equipo dependiente del señor Abril acostumbran a ser recogidas con aire de sombría resignación-, el resto de la tanda careció, como decíamos, de interés. Miércoles, jueves y viernes fueron jornadas tremendamente inoperantes, en la que la mayor parte de la actividad observada iba dirigida a operaciones de retoque en los cambios de aquellos valores castigados por la oferta semanas atrás, y que, olvidados por los vendedores a la hora de hacer las maletas, quedaban sin renovar, apareciendo a primero de mes bastante menos presionados por el papel, y aunque dinero de fichas por supuesto no tenían, ayudas «extrañas» les permitían recomponer en lo posible la figura, de cara a la próxima temporada otoño-invierno.
Por sectores, apenas cabe resaltar la ayuda que a diario reciben las cotizaciones de los valores bancarios por parte de las propias entidades emisoras, ante la evidente desproporción entre oferta y demanda, en un intento de mantenerse en niveles similares a semanas atrás, en vista de que la oferta tampoco apretaba demasiado. Las eléctricas, absolutamente «apagadas» tras sus «destellos» forzados del martes, no han presentado ningún rasgo digno de mención, mientras químicas y constructoras se defendían lo mejor que podían de la acción de un papel que, si no excesivamente abundante, si superaba ampliamente las escasas opciones compradoras con que contaban. Dentro del grupo de monopolios destacan los retrocesos de Telefónica en los tres mercados, casi a razón de un duro diario, sin que ello incite ni a la oferta a abandonar sus intentos de vender, ni a la demanda a tomar posiciones, a pesar de las rebajas en el precio, que se encuentra a un solo punto de su mínimo en el presente año, con lo que resulta uno de los precios «históricos» de las acciones de esta compañía.
Como colofón, cuando ya estábamos recogiendo el quiosco el viernes nos llegaron noticias de que habían sido introducidas algunas modificaciones al sistema particular de confección de cambios de los bancos, sin que pudiésemos concretar cuáles habían sido los aspectos modificados.
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