Berlinguer replantea el tema del "compromiso histórico" en Italia
El tema del «compromiso histórico» ha vuelto a reaparecer en la escena política italiana a través de un artículo del secretario general del Partido Comunista italiano (PCI), Enrico Berlinguer, en el órgano teórico del partido Rinascita.Berlinguer, que hace unas fechas. declaró al semanario alemán Stern que una coalición de izquierdas «llevaría a Italia a un golpe de Estado, con el consiguiente pataleo de socialistas y radicales y el aplauso de democristianos», replantea en Rinacista la necesidad de colaboración a nivel gubernamental de los «grandes partidos de masas» (DC, PCI, PSI) para hacer frente «a la etapa de austeridad por la que atraviesa el país».
El secretario general comunista afirma que «la elección de un nuevo modelo de desarrollo económico debe lograrse en el conjunto de los grandes partidos de masas, que deben operar solidariamente sobre esta hipótesis política».
Las reacciones de las otras formaciones políticas comprometidas en el asunto son divergentes. Para los socialistas de Bettino Craxi, la idea de Berlinguer, aparte de ser una reiteración, como ocurre desde el año 1973, constituye una estrategia sin perspectivas. La Democracia Cristiana, tras una primera reacción contraria en su periódico oficial Il Popolo, piensa ahora, por parte de algunos de sus dirigentes, que el editorial de Berlinguer es positivo y ofrece nuevas bases para el diálogo. «Sobre el terreno que expone Berlinguer», dice el democristiano Pisanu, «las fuerzas políticas de nuestro país pueden medirse constructivamente. No sólo para analizar cuestiones de fondo, sino para desbloquear la actual situación política.»
A poco más de cuatro meses de la convocatoria del congreso de la Democracia Cristiana, hay coincidencia en los medios periodísticos en subrayar que el artículo de Berlinguer está dirigido al partido mayoritario, puesto que si triunfa en ese congreso la línea de Zaccagnini, la revalorización del «compromiso histórico» sería un hecho y el PCI, ahora relegado a la simple oposición por el primer ministro, Francesco Cossiga, volvería a tener un papel protagonista en la vida política italiana.
En resumen, Berlinguer ha escrito que la situación, especialmente preocupante en el aspecto económico, justifica más que nunca la necesidad de un comprorniso «que constituya la avanzada del socialismo en libertad y democracia, no solamente una alianza política y social de las fuerzas motrices del proceso revolucionanio, sino también que sean definidos con claridad los términos del compromiso que el bloque social renovador ofrece a los otros componentes de la sociedad para conseguir su aprobación o, al menos, su neutralidad».
Propone, en fin, un compromiso entre «los que sólo piensan en cuanto producir» y aquellos que, al contrario, quieren «qué y por qué producir».
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