El "recordman" mundial Pietro Mennea salvó el triste comienzo del atletismo en Yugoslavia
El comienzo del atletismo en los Juegos, al margen de la nueva exhibición de Pietro Mennea, fue de una pobreza grande y, lo que resultó más triste aún, con los españoles de protagonistas negativos. Unicamente Colomán Trabado, muy ajustadamente, además, pudo clasificarse para la final de ochocientos metros. En el resto de deportes de la jornada dominical dos españoles consiguieron sendas medallas de plata. El boxeador Bernal, sólo al ganar su primer combate, otro índice de la raquítica participación en algunas modalidades, y Sergio Caedell en judo, aunque perdió la final con el francés Delvingt en el tiempo récord de catorce segundos.
La lanzadora de disco Encarna Gambús fue la única representante del atletismo español en la finales del domingo. Pese a que el nivel de la prueba fue discretísimo, sólo pudo ser quinta, tras dos tiros nulos y el segundo mejor válido de 43,26, a más de cuatro metros de su récord de España. Sólo la italiana Scaglia pasó en la prueba de los cincuenta metros y batió el récord de los Juegos.En la primera serie de 100 metros, con sólo siete atletas en liza Arqués fue quinto, con 10-74, pese a haber en ese momento 3,60 metros por segundo de viento a favor, y no pudo ya pasar a la final, en la segunda y última serie, semifinal, lógicamente, por el escaso número de participantes. Heras quizá lo hizo aún peor. Fue sexto, con 10-93.
Magnífico Mennes
Pietro Mennea declaró ayer haber venido a los Juegos Mediterráneos sólo a correr 100 metros, pues se encuentra cansado de una larga temporada, pero su ausencia del 200 es lógica después de su récord del mundo de México. Los 19-72, que ni él mismo esperaba, sobre todo por las muchas centésimas de mejora, once, respecto al ya increíble récord de Tommie Smith en la misma capital azteca en 1968, le han puesto un techo suficientemente alto en su carrera. En 100 ya es otra cosa, aunque tampoco pueda acercarse a sus recientes 10-01, también en altitud. El mismo domingo lo demostró ya con unos espléndidos 10-15, que gualaban su mejor marca personal a nivel del mar -o siempre menos de 1.000 metros- obtenida este mismo año. Ganó la serie en que corrió (?) Heras, - y sacó desde los primeros treinta metros más de cinco a sus rivales en la meta.
El único finalista español fue Coloman Trabado, otro de los atletas incorporados aprisa y corriendo, y menos mal que lo logró, porque fue muy apurado a última hora por el griego Mer Migis. La serie fue muy lenta -el yugoslavo Zivotic la ganó ante el argelino Morceli con 1-51-06 y 1-51-08, respectivamente- y trabado vigiló constantemente al griego, pero lo pasó mal en los últimos metros.
Fácil plata
En los pesos semiligeros de judo, el alicantino Cardell logró la mejor clasificación española antes de la última jornada de ligeros y todas categorías, tuvo el mérito de eliminar al yugoslavo por un yuko y después ganó sin dificultades a un tunecino. Sin embargo, con plata asegurada y en un complejo de inferioridad quizá exagerado, perdió por ippon ante el galo Delvingt. En boxeo, el semimedio Bernal aprovechó la penuria de participantes y al ganar, aunque con apuros, a un tunecino, ya es también plata.
La jornada del lunes
España volvió a representar un papel segundón en la décima jornada de los VIII Juegos Mediterráneos. Mientras. Francia ganó cuatro de las ocho finales celebradas dentro de un discreto nivel atlético. Sólo Marín, plata en 20 kilómetros marcha, mejor marca española en la distancia, y Amanda Naval, bronce en longitud, subieron al podio. Los deportes acuáticos sí salvaron nuevamente el pobre panorama, con el copo absoluto de vela y el 18-7 en waterpolo ante Turquía. Se repitieron los apuros en hockey hierba para ganar a Francia, cuando ya sólo se puede alcanzar la plata hoy ante la campeona Yugoslavia, y se quedó tras Italia, como era de esperar, en los 100 kilómetros por equipos de ciclismo.
El atletismo subió algo de nivel respecto al primer día, pero sin que tampoco hubiese marcas de gran categoría. Mennea, en la final de 100, con algo más de viento en contra que el domingo (0,60 m/seg.), se quedó en 10-24 para ganar la medalla de oro fácilmente desde los primeros treinta metros ante su compatriota Lazzen, que también superó al galo Le Joncour.
Dolores Vives, cuarta en la primera serie, pudo pasar a la final. La recordwoman de España de 100 metros hizo 12,22 primeramente y 12-23 después. Terminó séptima, cuando su marca es de 12 justos.
Lo mismo le ocurrió a Amanda Naval, pero con la suerte de tener un lote de rivales aún peor, de ahí que, con 6,06, a diez centímetros de su plusmarca, logró el bronce.
La única saltadora de cierta entidad fue la griega Lambrou, ganadora con 6,32. La otra medalla española, esperada, pero sin alegría porque el francés Lelievre volvió a ser el verdugo de los marchadores hispanos corrió a cargo de Marín en los 20 kilómetros marcha, aunque los dos citados, más Llopart, marcharon en un pañuelo hasta los diez kilómetros. Lelievre empezó a partir de entonces a despegarse y Llopart, que le viene corta la distancia y al ver la inutilidad del esfuerzo, marchó ya a su ritmo.
El otro atleta español que actuó en la jornada, Rivero, en la final directa de 400 vallas. Otra muestra de la pobre participación, pues sólo corrieron siete, fue Rivero. Aunque su mejor marca es de 50-77 hace dos meses que no baja de los 51 segundos y con 51-41 fue penúltimo de la final, en la que sólo el yugoslavo Kopitar bajó de los 50.
En vela, José Luis Doreste en finn ha ganado las cuatro pruebas celebradas y es líder absoluto, para compensar los fallos de Blanco. Abascal, en flyun dutchman se ha recuperado magníficamente y con sus victorias en las regatas tercera y cuarta ante el líder, Bouet, ya es tercero. En 470, por último, triunfó ayer Gutiérrez, con lo que también pasa a tercero, con Gustavo Doreste, cuarto. El viento no baja en el canal de Brac de fuerza cuatro y las regatas siempre deben aplazarse varias horas. Ese mismo viento de costado fue el que molestó a los equipos ciclistas de 100 kilómetros, entre los que dominó, según estaba previsto, el de Italia. Con el campeón de ruta Giacomini entre los cuatro, los transalpinos no cazaron a España, con Acha, Cabrero, Coll y Guzmán, por sólo catorce segundos, aunque habían salido cinco minutos más tarde.
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