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CIENCIA

La educación sexual preocupación de la Organización Mundial de la Salud

El polémico y complejo problema de la educación sexual pasa a ser para la Organización Mundial de la Salud (OMS), un tema más de preocupación o investigación, como años atrás la lucha para la erradicación de la viruela, las campañas contra el tabaquismo, el cáncer o las vacunas adecuadas para determinadas gripes.

Lo demuestra el hecho de que la revista de información de la OMS, Salud Mundial, editada en francés, inglés, árabe y español, cedió en su último número un espacio al eminente profesor soviético Dimitry Isaev, del Instituto Médico de Pediatría, de Leningrado, para que, en forma resumida, hiciera algunos alcances de tipo general sobre este tema. El profesor Isaev es además consultor en salud mental de la OMS.Educación sexual: cuanto antes mejor, es el título del artículo, que demuestra premura en la necesidad de que esta disciplina llegue a los niños y adolescentes cuanto antes, así como que se generalice, no por un capricho de liberalismo, sino en respuesta a la «evolución de las costumbres» y la «necesidad de un entendimiento social cada vez más movedizo del papel de la sexualidad».

Para el profesor Isaev, la educación sexual bien entendida « abarca todos los conocimientos que contribuyen a formar la personalidad del individuo, a ponerlo en condiciones de reconocer las características sociales, morales, psicológicas y fisiológicas de su propia configuración sexual, y a establecer relaciones óptimas con las personas de su propio sexo y del sexo opuesto».

«El conocimiento de las funciones sexuales», añade, «contribuye a evitar sentimientos de vergüenza, culpabilidad, ignorancia, misterio y miedo, en relación con la sexualidad, previene la adquisición de costumbres nocivas, ayuda a los niños en la transición a la madurez, prepara el camino para el adecua do ejercicio de la función reproductiva, inculca el sentido de la responsabilidad respecto del cónyuge y los hijos futuros y es un elemento de armonía en la relación conyugal.»

Una encuesta efectuada en dieciséis países de Europa por la OMS, e incluida en el trabajo de su consultor en salud mental, distingue cuatro categorías de países: 1. La educación sexual obligatoria, dispensada en todas las escuelas de un país (caso de Checoslovaquia, Dinamarca, RFA, RDA y Suecia).

2. La educación sexual aceptada, pero sin carácter universal ni obligatoriedad en todo un país, (caso de Bulgaria, Francia, Italia, Polonia, Suiza y Yugoslavia). 3. La educación sexual, oficialmente admitida, pero sin sanción legal (caso de los Países Bajos y el Reino Unido). 4. La educación sexual tolerada, pero prácticamente sin desarrollar (caso de Argelia, Grecia y Turquía.

En cuanto al contenido de la enseñanza, se afirma que suele limitarse a la anatomía y la fisiología del aparato genital, el desarrollo del feto, la higiene de la menstruación, la prevención de las enfermedades venéreas y la fisiología del parto. Con raras excepciones (como Dinamarca y Suecia) no se abordan temas como el de las desviaciones sexuales, la pornografía y la sexualidad en grupo. Finalmente se indica que también es excepcional que se traten las cuestiones de la contracepción, aunque su ausencia de los planes de estudio escolares está compensada a veces con charlas a cargo de especialistas.

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