Los partidos bolivianos, divididos ante un compromiso con los golpistas
El Congreso boliviano, declarado en sesión permanente, decidirá en las próximas horas si acepta cogobernar con el coronel Alberto Natusch, autor del golpe de Estaeo del 1 de noviembre. En caso afirmativo, los parlamentarios pedirán a la Confederación Obrera Boliviana (COB), que se integre en un Gabinete provisional para sacar al país de su crisis de Estado.El comité ejecutivo de la COB, invitado ayer al Parlamento para pronunciarse sobre la situación, ha respondido que sólo está dispuesto a «plantear» a sus bases esta participación si antes el poder legislativo acuerda por mayoría colaborar con el coronel Natusch. La COB, que celebra hoy una sesión plenaria en La Paz, ha declarado que «no reconoce ni reconocerá al régimen de Natusch» y exige también del Congreso que pida solemnemente a los sindicatos su integración en el poder tripartito.
Los partidos políticos están profundamente divididos. Unos, como la Democracia Cristiana, el Partido Socialista, el Partido Comunista y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), se han pronunciado claramente en contra del cogobierno que legitimaría al golpismo. Otros, como la derechista Alianza Democrática Nacional, de Hugo Banzer, lo apoyan. El Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), de Paz Estenssoro, parecía inclinarse ayer por un no a Natusch, aunque no ha definido su posición.
Más nombramientos civiles
El aislado Gobierno de Natusch prosigue mientras tanto designando y dando posesión a nuevas autoridades civiles, que en muchos casos afrontan una verdadera resistencia pasiva de sus subordinados. El Ministerio de Asuntos Exteriores confirmaba ayer que ni un solo país, salvo Egipto, ha reconocido al Gobierno nacido del golpe de fuerza. A la reunión del Grupo Andino, que hoy comienza en Lima, Bolivia envía un «observador confidencial», en la figura de un general retirado.
La presencia de Walter Guevara en el Parlamento
La persistencia de esta hostilidad general hace que en la calle se plantee ya abiertamente la pregunta de hasta dónde las fuerzas armadas estarán dispuestas a llevar su apoyo al coronel Natusch. El gesto protagonizado ayer por el presidente constitucional, Walter Guevara, compareciendo en el Parlamento y declarando rotundamente que no se va, hace todavía más difícil para el poder legislativo convalidar el régimen militar. Precisamente la policía política allanó el domicilio particular de Guevara, momentos después de que éste informara sobre sus intenciones a los parlamentarios.La soledad del Gobierno de facto fue puesta ayer nuevamente de relieve, por declaraciones y llamamientos de la más diversa procedencia. La Central Obrera Boliviana califica de «aventureros» a los civiles que forman parte del Gabinete de Natusch. Organizaciones laborales y estudiantiles han decretado días de luto nacional por los muertos de La Paz y hacen ondear en sus sedes banderas nacionales con crespones negros.
Guevara Arze ha pedido formalmente a las fuerzas armadas que recapaciten sobre su papel, «cuando aún es tiempo de salvar la dignidad. Bolivia espera vuestras decisiones: o disparar contra vuestros hermanos, o regresar a los cuarteles».
La posibilidad de una variación en la relación de fuerzas dentro del Ejército está apuntada también en una declaración del general Padilla, en la que se califica de «ficticia» la pretendida unidad de las fuerzas armadas. Padilla afirma que el Gobierno carece de apoyos y manifiesta que «el Congreso debe ser el que elija a un nuevo presidente de la República. La figura de David Padilla, ex comandante en jefe del Ejército y responsable de la entrega del poder a los civiles en agosto, ha comenzado a barajarse en círculos restringidos como una posible alternativa.
Detención de Siles Zuazo
La fuerza naval, después de dos horas de detención, puso anoche en libertad al ex presidente boliviano Hernán Siles Zuazo y a su acompañante, Jaime Paz. Ambos políticos fueron detenidos en Tiquina, población a 110 kilómetros al noroeste de La Paz.Siles Zuazo y Paz, este último alto dirigente del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR), fueron candidatos a presidente y vicepresidente de la República, respectivamente, en las elecciones del primero de julio de 1979.
Ambos asistieron a un congreso de la Internacional Socialista, celebrado recientemente en Lisboa. (Portugal). Regresaban a La Paz por vía terrestre, desde Lima (Perú), cuando fueron apresados por efectivos de la Fuerza Naval.
La detención de los dos primeros políticos, denunciada en La Paz por parlamentarios de la Unión Democrática y Popular (UDP), por parte del régimen del coronel Alberto Natusch, fue discutida anoche en el seno del Congreso Nacional, que busca una solución para la peor crisis política boliviana de los últimos tiempos.
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