El ex jefe del Ejército boliviano se rebela contra los nuevos nombramientos militares
El relevado comandante general del ejército boliviano, general Luis García Mezza, y un grupo de oficiales se atrincheraron el viernes en las oficinas de ese mando militar, en espera de que el Gobierno revise las designaciones de la máxima jerarquía castrense. La actitud fue calificada por el ministro de Defensa como «insubordinación».
En sendos comunicados difundidos a nombre del comando general del Ejército, el militar rebelde reiteró que, en lugar de Villarroel, la presidencia de la República debía nombrar al general Jorge Aguila, que no figura en el nuevo mando militar.Señaló, asimismo, que la policía militar del regimiento Colorados de Bolivia rechazó, el viernes una visita del general Villarroel y que el regimiento Tarapaca amenazó con arrestarlo si se presentaba en sus dependencias.
Entre tanto, la guarnición militar de Santa Cruz, novecientos kilómetros al sureste de La Paz, según fuentes periodísticas, manifestó su apoyo al llamamiento del general García Mezza. El alto mando militar, encabezado por el general Armando Reyes Villa, que aún no regresó al país para ocupar el cargo de comandante en jefe de las fuerzas armadas, y que incluye al general Villarroel, recibió ayer el nombramiento oficial por la presidenta, Lydia Gueiler.
García Mezza impugnó la designación del nuevo comandante general del ejército, general de brigada René Villarroel. El general rebelde convocó al mediodía a la prensa en el Gran Cuartel de Miraflores, donde pudo observarse un desusado movimiento de tropas. García Mezza acusó a la presidenta, Lydia Gueiler, (de no cumplir con su compromiso.
Dijo que en la designación de los nuevos mandos de la cúpula castrense, la presidenta prometió que no se tomarían en cuenta a jefes de alta graduación de ninguno de los bandos en pugna.
El atrincherado general García Mezza calificó el decreto de relevo de la máxima jerarquía castrense como «una burla a la institución». Villarroel fue identificado por su colega como perteneciente al «grupúsculo de los veintiocho oficiales institucionalistas». El general rebelde dijo que su posición contaba con el respaldo de todas las unidades del arma.
Ayer fueron observados algunos preparativos en el regimiento blindado Tarapaca que intranquilizaron a la población. En la víspera, un comando del ejército copó el Ministerio del Interior y se incautó de los archivos del Servicio de Inteligencia del Estado.
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