Sobre la ley de Autonomía Universitaria
«-¿Cuál es su valoración global de este proyecto de ley de González Seara?-Creo que, en principio, hay que decir una cosa, y es que la ley está mal nombrada. En mi opinión no se trata de una ley de Atonomía, cosa que resultaría pretenciosa y desproporcionada, sino de una ley de reforma. Es una ley de reforma fundamentalmente, que permite llevar a la práctica alguna descentralización, en unos casos pequeña, en otros mayor, y que permite también establecer una serie de trasvases presupuestarios. Todo eso, sin embargo, creo que no permite llamarla ley de Autonomía. Y ese error que se ha cometido en la denominación está llevando a muchos análisis y a confusiones. Tampoco creo que sea una ley marco, porque no es una ley coherente. En unos aspectos es excesivamente minuciosa, excesivamente prolija, y entra en detallismos exagerados. Al no ser una ley marco va a imponer algo gravísimo para la redacción de los estatutos, y es que fundamentalmente las Universidades van a tener poca capacidad de movimiento y, posiblemente, la mayor parte de los estatutos universitarios que se vayan haciendo van a desbordar a la propia ley.
-¿Me puede señalar algunos aspectos concretos?
-Por apuntar algunos temas más concretos, yo aprecio lo que ha habido de voluntad de reforma en la ley, y valoro, hay que valorar, en la medida de lo posible, el hecho de que la Administración haya intentado reformar, teniendo en cuenta que no es fácil establecer reformas en este país y menos en el campo de la educación, que es un campo en el que la comunidad española está excesivamente no sensibilizada, sino plurisensibilizada.
-La reforma -prosigue el rector- no responde a la exigencia actual de la Universidad y, por apuntar los puntos que quizá son más debatidos, me parece que los órganos de gobierno no están a la altura de las circunstancias, de las necesidades que se plantean ya; la escisión entre el consejo social y el académico es gravísima: la casi nula o prácticamente nula participación en el consejo social de los elementos de la institución universitaria también creo que es un error, y el que no se haya previsto una posible organización, una posible dirección colegiada, en órganos inferiores de la Universidad, creo que es grave. Creo que se tenía que haber previsto, de alguna manera un tipo de gestión o de dirección colegiada para los departamentos, que a mi modo de ver son el órgano matriz de toda la Universidad. Los departamentos necesitan no una dirección unipersonal, sino una dirección colegiada. Y ahí se va a chocar totalmente con los estatutos. Creo que también es muy tímida la reforma en lo que hace a la selección, adscripción y control del profesorado. La competencia exclusiva en ese terreno debe ser de la Universidad. ( ...)»Declaraciones de rector de la Universidad Autónoma de Madrid Madrid, 13 de diciembre
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