Ha muerto el cardenal-arzobispo de Berlín, Alfred Bengsch
La muerte del cardenal Alfred Bengsch, arzobispo de Berlín, replantea en los dos Estados alemanes el problema de una reestructuración diocesana en ambos. El cardenal, residente en la mitad oriental de la ciudad dividida, murió ayer.El nombramiento de un nuevo arzobispo para la sede berlinesa podría significar, al menos en teoría, la elección de un obispo germano oriental y no, como ha sido la práctica anterior, la de un prelado de la República Federal. El problema enlaza con la difícil administración de cinco obispados integrados por regiones de las dos repúblicas alemanas.
Desde el punto de vista político, si el papa Juan Pablo II resolviese el problema desvinculando la Conferencia Episcopal berlinesa de las demás conferencias de obispos alemanes, esto significaría un reconocimiento de hecho de la personalidad política de la RDA.
El arzobispo de Munich, cardenal Joseph Ratzinger, declaró el 24 de octubre del año pasado, que el nuevo Papa se proponía resolver definitivamente el problema. El jefe del partido cristiano social bávaro, Franz Joseph Strauss, que acaba de concluir una visita al Vaticano, ha tratado también el tema con Juan Pablo II, se supone que en una dirección contraria a la desvinculación de Berlín del resto de las diócesis alemanas.
Pocos días después de la elección del nuevo Papa, visitó el Vaticano el ministro germano oriental de Asuntos Exteriores, Fischer, con el fin de exponer al Pontífice la necesidad de una regulación.
La tendencia separatista dentro de la comunidad pastoral de la RDA se ha acentuado desde el sínodo de diciembre de 1975, sínodo que se prolongó durante dos años y medio. Desde entonces, el deshielo en las relaciones Iglesia-Estado y la necesidad de dar respuesta a problemas peculiares de una domunidad de creyentes en un país oficialmente ateo han acentuado progresivamente esta tendencia.
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