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Preocupación entre vecinos de Navarra por los accidentes en el polígono de tiro de Las Bardenas Reales

El polígono de tiro de Las Bardenas Reales, situado en la zona baja de Navarra, junto a Tudela, y que habitualmente utilizan los ejércitos español y norteamericano para realizar prácticas de bombardeo, está resultando un problema para los habitantes de la zona, que comienzan a considerarlo un peligro. Alquilado al Ejército del Aire desde 1951, en Las Bardenas Reales se han estrellado no menos de trece aparatos, han muerto más de siete pilotos y un civil, y, casi todos los años cae fuera de las 2.000 hectáreas del polígono alguno de los artefactos utilizados en los ejercicios de tiro.

El pasado día 7 de agosto de 1979 el general de brigada Fernando Timón de Lara, de la III Región Aérea, reunía a los medios informativos de Pamplona y Zaragoza en las instalaciones del polígono de tiro de Las Bardenas Reales, para que pudieran contemplar en vivo la zona y fueran testigos de un ejercicio de bombardeo. De esta forma, y con los informadores como testigos, los aviones españoles realizaron un ejercicio normal de tiro, con tan escasa fortuna que uno de los bombarderos se estrellaba en Las Bardenas, logrando los dos pilotos salir con vida del accidente. A pesar del incidente, el capitán Guisández manifestaba que la posibilidad de que se desprendiera una bomba a cualquiera de los aviones que realizan las prácticas en el polígono «es la misma que la que pueda tener un avión de que se le desprenda un depósito de combustible, y cuando un aparato tiene una emergencia, siempre suelta el material completamente desactivado».Por su parte, el capitán Laborda aseguraba que «ningún avión americano hace ejercicios con fuego real. Sólo los españoles, y en muy contadas ocasiones, como, por ejemplo, cuando hay grandes ejercicios o maniobras, o cuando el material está a punto de caducar. Quizá algunos pueblos, como Caparroso, se ven afectados por el paso de los aviones; pero esto sucede por las características geográficas y de orientación de los pilotos. Estos tienen prohibido volar por debajo de los 5.000 pies».

Un paraje desértico

Las Bardenas Reales constituyen un terreno con una extensión total de 421 kilómetros cuadrados, en cuyo centro está ubicado el polígono de tiro, de 2.000 hectáreas. Las Bardenas, que, a pesar de ser territorio de Navarra, son propiedad del Estado, están en usufructo de los diecinueve pueblos circundantes, así como de los valles de Roncal y Salazar y de los monjes del monasterio de la Oliva. Cada una de estas entidades eligen a sus representantes, que, de esta forma, componen la junta general de Las Bardenas Reales, que gobierna con una comisión permanente y un presidente.La junta de Las Bardenas no tiene la titularidad sobre las tierras (el pasado día 29 de diciembre de 1979 el Gobierno, a través de un real decreto, acordó ceder la propiedad a los usufructuarios, si bien todavía no se ha concretado la forma ni la fecha), pero las administra y se encarga de solventar los problemas que puedan producirse con los agricultores y ganaderos que ocupan las tierras. Porque en Las Bardenas Reales se cultivan 207 kilómetros cuadrados, a través de 1.861 agricultores de los pueblos congozantes, y allí pastan anualmente más de 88.000 cabezas de ganado lanar. Las tierras de Las Bardenas son el medio de vida de un gran número de familias de la ribera de Navarra, que a lo largo de los últimos siglos las han cultivado en régimen de usufructo y han transmitido este derecho de padres á hijos.

Comisión de investigación

Después de las pasadas elecciones municipales, la existencia de un campo de tiro en el corazón de Las Bardenas Reales volvió a cuestionarse por los alcaldes y concejales de los pueblos de la zona, vinculados, fundamentalmente, al PSOE. A raíz de una moción presentada por Herri Batasuna en el Parlamento Foral de Navarra, la cámara decidió formar una comisión parlamentaria, encargada de estudiar el tema y redactar un informe para que el pleno tomara la decisión correspondiente.Así, el pasado día 8 de enero, la comisión, integrada por representanes de UCD, UPN, PSOE, Herri Batasuna, PNV, AMAIUR y Grupo Mixto, mantenía una reunión en Tudela con la junta de Bardenas, con el objeto de conocer la situación legal del arrendamiento del polígono al Ejército del Aire. De esta forma se tuvo conocimiento de algunos datos, ignorados hasta el momento.

El día 31 de enero de 1951 se alquilaban al Ejército del Aire español las 2.000 hectáreas centrales de Las Bardenas Reales, a unos diez kilómetros de la carretera nacional Pamplona-Zaragoza, por un importe de 20.000 pesetas anuales, revisables cada año. El contrato, suscrito entre el Ejército del Aire y la junta de Bardenas, estipulaba que el tiempo de utilización del polígono se extendía hasta 1976, fecha en la que se prorrogó por otros veinticinco años. De las 20.000 pesetas iniciales. se pasó a 140.000 en 1970 y a dos millones de pesetas este año, según un cálculo aproximado.

El contrato con el Ejército del Aire, que finaliza el año 2002, es el caballo de batalla de los alcaldes que se oponen a la existencia del polígono de tiro. Alegan que peligra la seguridad de los habitantes de la zona.

La única posibilidad de rescindirlo radicaría en llegar a un acuerdo con el Ejército del Aire, si bien existe, en principio, un dato que puede distorsionar cualquier arreglo: en virtud del Acuerdo de Amistad y Cooperación Hispano-Norteamericano, firmado entre España y EEUU en 1953, los aviones norteamericanos tiene derecho, hasta 1981, si no se prorroga, a utilizar el polígono de tiro de Las Bardenas. Porque, en realidad, y según han reconocido oficiales del Ejército español («sólo utilizamos dos horas al día el polígono; el resto las tienen los americanos»), son los aviones americanos los que más ejercicios de bombardeo realizan en el polígono. De esta forma, y en tanto las Cortes Generales no decidan, en 1981, si el acuerdo con Estados Unidos se prorroga o no, no es posible que la junta de Bardenas pueda proponer al Ejército español la rescisión del contrato de utilización del polígono de tiro, que finaliza el año 2002.

Trece accidentes

Desde la fecha de arrendamiento, en 1951, del polígono de tiro se han registrado, al menos, trece accidentes, en los que se han estrellado igual número de aviones, tipo Phantom o Mirage. De éstos, seis fueron dentro de los límites del polígono, y el resto, en los términos de poblaciones cercanas. El balance exacto de muertos no se conoce, si bien, al parecer, han fallecido en accidentes siete pilotos y un pastor de Arguedas. A su vez, en varias ocasiones han caído artefactos fuera de las 2.000 hectáreas del polígono: concretamente, en los últimos dos años, esto ha sucedido cuatro veces. La primera, el día 20 de octubre de 1978, cuando un agricultor descubrió, en Murillo, como fruto, un artefacto de unos dos metros de largo; la segunda, el día 20 de marzo de 1979, en la misma localidad, que fue retirado por efectivos del Ejército del Aire y Guardia Civil; la tercera, el día 2 de mayo de 1979, fecha en la que una bomba, desprendida fortuitamente de un Phantom, cayó en terrenos del camping de La Sotonera (Huesca), sin que se produjeran desgracias personales. La última vez ocurrió el pasado viernes, en Valtierra, con una bomba inerte y fumígena, localizada veinticuatro horas después.El ruido producido por los aviones que ejercitan en el polígono de tiro (como dato anecdótico, en Melida, cuando los Phantom y Mirage bombardean hay ocasiones que se suspenden, por el intenso ruido, las clases en las escuelas) y la posibilidad de que algún día pueda ocurrir un accidente imprevisible son la preocupación de algunos alcaldes de la zona. «El peligro», ha señalado Francisco Alava (PSOE), alcalde de Tudela, « no sólo afecta a las poblaciones cercanas, porque también ha habido accidentes en pueblos que distan bastantes kilómetros del campo de tiro. Por otra parte, en muchas ocasiones, los vuelos por encima de las ciudades son rasantes y el ruido no se puede aguantar. Pero además de esto existe un problema político, y es la merma de soberanía que representa para Navarra y el resto del Estado la presencia americana.»

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