Los municipales de Noya tendrán que imponer cinco multas diarias

Según instrucciones cursadas por el alcalde de Noya (La Coruña) al jefe de su guardia municipal, cada uno de los agentes que se ocupan de vigilar las infracciones públicas debe imponer por lo menos cinco multas diarias. El caso despertó la natural expectación en los 12.000 habitantes de la villa, algunos de los cuales mostraron asombro por el hecho de que tan singular bando haya partido precisamente de un alcalde socialista.La orden fue cursada por el cabo de la guardia, de acuerdo con instrucciones de la alcaldía, a todos los agentes a través de un bando que decía «que cada guardia, durante las horas de servicio que realice diariamente, tendrá que presentar un mínimo de cinco sanciones cada día a su jefe inmediato, sin que baje del citado tope de sanciones y, además de ese tope, puede cada guardia realizar y confeccionar todas las que sean observadas, ya que es su obligación denunciar cuantas infracciones sean observadas a su alcance».

EL PAIS contactó al alcalde en cuestión, el socialista Jesús Díaz Fornas, abogado en ejercicio, quien explicó que «se trata de una medida tomada por el alcalde en funciones que me sustituyó hace pocos días, medida que asumo en cuanto a su espíritu, pero no a su letra». Según el citado alcalde, su sustituto razonó con el jefe de la guardia municipal que las circunstancias de la villa justificarían plenamente una media diaria de cinco infracciones observadas oficialmente por cada uno de los agentes en las horas de servicio. «Noya es un caos total en cuanto a circulación y, sobre todo, en lo que se refiere a cuestiones urbanísticas -declaró el alcalde, preocupado ahora ante el alcance que parece tomar la circular en cuestión- Era evidente que algunos guardias no cumplían con el celo suficiente su tarea, y esta medida trata de obtener su estímulo. El alcalde en funciones dio instrucción verbal sobre el problema, que al cabo de la guardia tradujo en una circular interna, la cual fue hecha difundir por alguien, posiblemente con ánimo de desprestigiar a la alcaldía. En realidad, no hay que exagerar este asunto, y no significa que obliguemos a los guardias a traer cinco multas cada día, sino que les exigimos que cumplan celosamente con su deber.»