Un ex jugador del Salamanca, supuesto sobornador

En todos los ambientes deportivos de Málaga el tema predominante en las conversaciones es el supuesto soborno de los jugadores del Club Deportivo Málaga en su partido del pasado domingo contra el Salamanca. Ya durante el encuentro los espectadores, a la vista del comportamiento del equipo malaguista, gritaron en varias ocasiones «tongo, tongo». Depués del partido, Migueli, el capitán del Málaga, declararía a los medios informativos que días antes del encuentro se había producido una llamada telefónica a un jugador malaguista para ver la posibilidad de arreglar el resultado. Este jugador fue Orozco, el delantero centro, quien, según sus declaraciones, se negó a hablar del tema. Los dos futbolistas fueron citados ayer por el Comité de Competición para declarar en torno a este supuesto soborno.Orozco recibió la llamada al mediodía del viernes. Su comunicante era un ex jugador del Salamanca, cuyo nombre no ha especificado el malaguista: «No lo haré porque no puedo hacerlo. En caso de que el tema pase a mayores será su palabra contra la mía, porque yo no podría aportar ninguna prueba».

El sábado, durante el entrenamiento, Orozco informó a Migueli de la llamada y de su contestación negativa al intento de soborno. Más tarde informó al entrenador, Sebastián Viverti, quien puso el tema en conocimiento de la directiva. Esta había ofrecido, por cierto, a los jugadores 10.000 pesetas de prima especial -aparte la ordinaria- por cada gol de ventaja que consiguiesen frente al Salamanca, en un intento de hacer todo lo posible porque se ganara el partido para que no sufriera el club ni siquiera la sospecha de comportamiento extradeportivo.

El mismo sábado, Orozco recibió una segunda llamada del mismo comunicante. Según el jugador malaguista, él le repitió que no había ninguna posibilidad de arreglar el partido y que el tema estaba ya en conocimiento de la directiva.

A la vista de esta respuesta, el comunicante expresaría a Orozco su petición de que no revelase su nombre bajo ningún concepto.

Así, llegó el domingo. Horas antes de iniciarse el encuentro algún jugador del Málaga simuló una lesión con objeto de no figurar en la alineación. El entrenador, que se mostraba muy preocupado por todas las circunstancias raras que rodeaban el partido, no creyó al jugador y lo incluyó en el equipo. Por su parte, el meta Corral intentó antes del partido conseguir la renovación, por un año, de su contrato, cosa a la que no accedió la directiva.

Parece, pues, que, según las declaraciones de Orozco, todo se redujo a una proposión de soborno no aceptada por los jugadores malaguistas. Sin embargo, los comentarios en Málaga van más allá de la posibilidad del soborno. Es posible -se dice- que fallara esta primera vía. Pero, si así fue, se usó otra, porque el comportamiento del equipo el domingo -especialmente de algunos jugadores- fue muy extraño. Algunos directivos del Málaga no parecen tener la menor duda: hubo soborno con toda seguridad. Se dice, incluso, que, al menos, cuatro jugadores del equipo han cobrado dinero por dar facilidades. Y no se descarta que haya algunos más implicados. En todo este oscuro asunto hay un punto fundamental: ¿quién fue el ex jugador del Salamanca que se puso en contacto con Orozco? Hay varios rumores en la ciudad, pero la verdad es que sería injusto, sin pruebas, dar ningún nombre.

Cuando finalizó el partido, los directivos del Málaga estaban desolados. Los jugadores, después de cambiarse de ropa, abandonaron precipitadamente los vestua rios. Los del Salamanca, por su parte, daban muestras de contento por el importante triunfo alcanzado y eran felicitados efusivamente por sus directivos y algunos aficionados. También se vio en el vestuario salmantino al jugador del Algeciras Castronovo, ex jugador del Málaga y del Salamanca, que se acercó a saludar a sus antiguos compañeros. También felicitó a su ex compañero Alvarez, que ahora vive en Málaga.

La persona más triste de cuantas

había en los vestuarios era Sebastián Humberto Viverti, quien, en sus declaraciones a la Prensa, no se atrevió a negar tajantemente la posibilidad de que sus jugadores se hubieran vendido. «Creo que no lo han hecho», fue todo lo que dijo. Pero dejó la duda en el aire.

Reunión de la directiva

La directiva del Málaga adelantó a la noche del lunes su habitual reunión de los martes, y después de varías horas, pasadas ya las doce la noche, hizó pública una nota oficial, en la que se dice que, a propuesta del cuadro técnico del club, la junta directiva ha acordado sancionar a todos los jugadores que intervinieron en el partido «por falta de rendimiento en un encuentro de vital importancia, no en el orden clasificatorio, pero sí en el deportivo, sin que ello suponga implicación sobre la posibilidad de una alteración maliciosa del resultado y sí no haber observado la máxima diligencia y esfuerzo en la obtención de una victoria en un encuentro del que inevitablemente estaba pendiente la afición de Málaga y la española».

La junta acordó igualmente conceder un plazo de veinticuatro horas al jugador Orozco «para que manifieste nombre, apellidos y domicilio de la persona de la que recibió tal propuesta, bien entendido que, transcurrido el plazo, será separado, previo expediente, de la disciplina del club». Finalmente, en la nota oficial, se expresa la intención de la directiva de llevar la investigación a sus últimas consecuencias y hacerlas públicas una vez que estén finalizadas y probadas las posibles anomalías.

Parece ser que la directiva del Málaga, al tener conocimiento del intento de soborno, aconsejó a los jugadores malaguistas que no comunicasen nada a los medios informativos, con objeto de intentar, en silencio, reunir pruebas con las que actuar por la vía judicial. EL PAÍS ha podido saber que la intención de la directiva del Málaga era sumar este intento de soborno con algún otro que parece que ha habido ya con vistas al partido Málaga-Hércules y con la oferta económica que el Real Madrid pudiera hacer a los jugadores del Málaga cara al partido del próximo domingo en San Sebastián. Con todo ello, la directiva malaguista hubiera confeccionacio un dossier para demostrar la podredumbre del fútbol español.