Cuba y el subdesarrollo

Vaya por delante el hecho de que por principio, y sin reserva de ningún tipo, lamento la situación en que se hallan los cubanos que están en la Embajada de Perú. Pero no más que la de tantos centenares de millones de seres del Tercer Mundo que diariamente viven la frustración y la tragedia del subdesarrollo. Lo conozco personalmente por haber vivido en América Latina; sin embargo, me parece lamentable las dosis de demagogia y mala fe que se están vertiendo sobre el tema. Uno no puede por menos de ver con una ironía no exenta de amargura cómo sectores que lamentaron la caída de Batista, que precipitaron al exilio, la emigración y la privación de libertades a tantos millones de españoles, aparecen ahora convertidos en paladines de la libertad. Si tuvieran un poco de vergüenza se callarían. Carecen de toda autoridad moral.Pienso, aun a riesgo de resultar tópico, que la comprensión del problema pasa por constatar que Cuba es un país subdesarrollado que pugna organizadamente por salir de esa situación en un medio geopolítico hostil, que aún hoy, veintiún años después, mantiene el bloqueo. En esta vía el actual régimen ha conseguido notables logros, no igualados en ningún pais latinoamericano, en su cuerpo social, ni en extensión ni en profundidad. Esto es algo que ningún observador imparcial niega. Otro problema es el del terrible dilema desarrollo económico con justicia-libertad. Pero este creo que no es solamente de Cuba ni del Tercer Mundo; es también el nuestro, el de los europeos de fin de siglo. Precisamente porque no queremos renunciar ni a la justicia ni a la libertad./

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