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Debilidad aún más acusada

Terminó una semana más en los mercados nacionales de valores con una clara disposición a la baja, entre la mayor parte de los valores más significativos.Sectores como el bancario, el químico o el de construcción, hace ya muchas Jornadas que no consiguen motivar a los inversores y ven a diario reproducirse las partidas vendedoras para sus valores, realizando equilibrios dignos de asombro, para que la penuria compradora no tenga un reflejo excesivo en los precios. Quizá el ejemplo más claro, por representativo, sea el del sector bancario. El escaso dinero en que vinieron apoyado sus revalorizaciones del mes pasado cambió de signo por unas aportaciones vendedoras, casi furibundas, que incidieron, para desasosiego de los especialistas, en los procesos de formación de cambio de estos valores, dotándolos de un importante lastre que les obliga a operar con una falta de soltura más que evidente, a pesar de la comprensión que muestra para con sus problemas la Junta Sindical de la Bolsa de Madrid, quien, con una sorprendente facilidad, autoriza las coberturas de los saldos vendedores para estos valores en porcentajes inferiores a lo que señala el vigente reglamento, siempre en relación con los cambios marcados.

Evidentemente, el único sector como tal que mantiene una trayectoria discretamente positiva, o cuando menos que ha conseguido consolidar las posiciones alcanzadas, ha sido el eléctrico, cuyos valores punteros unen a la contratación más animada del mercado, lo que tampoco es gran cosa, unas recuperaciones de cuartillos que consiguen mantener. Esta situación de la Bolsa es bastante lógica si se tienen en cuenta las características que en los últimos tiempos vienen presentando los mercados de dinero. Los elevados tipos de interés marcados en las subastas de dinero regidas por la autoridad monetaria, y a las que, desde los últimos días del pasado verano tienen acceso en igualdad de condiciones con los representantes de la banca y las cajas de ahorro, las sociedades de inversión, provocan una derivación de los escasos flujos compradores que podrían haber sido canalizados hacia el mercado de valores, hacia las subastas de bonos del Tesoro y certificados de depósito. Las últimas emisiones de renta fija, tanto de deuda pública como de compañías privadas, y la política monetaria del equipo del Gobierno, escasamente expansiva, cuando no restrictiva, acaban de componer un marco realmente desfavorable para un desarrollo llamemos «cordial» de la actividad en las bolsas de comercio.

Por contra, el mercado de letras, equiparado en cuanto a tipos de interés a los activos más atractivos del sistema, continúa su desarrollo Con la incorporación de nuevas entidades, todas ellas de primera línea y solvencia fuera de duda, y una creciente negociación que responde a una demanda instrumentada, pues realmente los tomadores espontáneos que surgen en el parqué no pasan de la pura anécdota, circunstancia que es perfectamente lógica por la falta de canales propios de comercialización de este activo. Quizá el valor que más comentarios ha despertado a lo largo de la tanda ha sido Dragados.

La pérdida del granítico 54% en Telefónica fue el otro factor de divertimento entre los sufridos asistentes a las reuniones.

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