La OPEP sube el precio mínimo del petóleo de 28 a 32 dólares por barril
La 57ª conferencia ministerial de la OPEP acordó ayer incrementar el precio mínimo o marcador del petróleo de veintiocho a 32 dólares, pero dejó en libertad a sus trece países miembros para alcanzar este tope cuando ellos lo deseen. Esto significa que Arabia Saudí, prácticamente el único país que vende su crudo a veintiocho dólares, llegará a ese precio mínimo de 32 dólares de una manera escalonada en los próximos seis meses, pero con una subida de dos dólares posiblemente antes de unas semanas.
El acuerdo alcanzado, tras dos días de discusiones y enfrentamientos sin precedentes dentro del seno de la OPEP, también obligará a los países miembros a mantener sus primas diferenciales por calidad, gravedad y distancia al mercado por debajo de cinco dólares. Esto equivale a decir que el precio máximo del crudo no sobrepasará los 37 dólares el próximo semestre.A cambio de este compromiso entre caballeros, y siempre que funcione, Arabia Saudí se comprometió, junto a los principales productores, como Irak, a reducir sus altos niveles de producción, de forma que se ajuste el exceso de oferta de crudo a la demanda reducida. El límite máximo de reducción será de dos millones diarios de barriles en una producción actual de unos veintiséis millones diarios de barriles para el conjunto de la OPEP.
Este acuerdo, de respetarse en los próximos meses, permitirá a la OPEP introducir, con ciertas variaciones, el sistema de precios unificados que elaboró el comité de estrategia el pasado febrero y que ratificó en principio la OPEP en su última reunión en Taif (Arabia Saudí) el pasado mayo. La entrada en funcionamiento está prevista para coincidir con la cumbre de jefes de Estado de la OPEP en Bagdad el próximo noviembre. A partir de entonces las subidas serán automáticas y trimestrales, de acuerdo a una indicación técnica.
En otras palabras, el acuerdo significa un precio más elevado, pero escalonado, del crudo, y una congelación en la escala superior de los crudos de mayor calidad.
Para los países consumidores, España incluida, esta fórmula significa precios más altos, aunque .más estables, mayores dificultades en el aprovisionamiento inmediato, pero una mayor seguridad teórica de que los países de la OPEP cumplirán sus compromisos y contratos de suministro.
La única ventaja presumible de este acuerdo es el compromiso teórico al que han llegado los llamados países radicales de la OPEP (Argelia, Libia, Irán y Nigeria) para congelar sus altos precios -casi 38 dólares por barril-, de forma que los clásicos diferenciales entre los crudos pesados y ligeros no sean excesivamente amplios y, en cualquier caso, nunca superiores a cinco dólares.
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Arabia Saudí se compromete a reducir escalonadamente su alto nivel de producción de crudo
Viene de primera páginaEn cualquier caso, de respetarse el acuerdo, el precio marcador del crudo subirá otro 15% desde mayo a enero, después de haberlo hecho en cerca de un 70% en los últimos seis meses.
Muy posiblemente, algunos países como Argelia o Libia tendrán que retirar algunas de sus primas recientes, tales como los tres dólares por exploración de nuevos pozos, para permitir que este acuerdo funcione.
Profunda crisis de la organización petrolera
La 57ª conferencia ministerial de la OPEP ha sido quizá la prueba más evidente de la profunda crisis que atraviesa la organización petrolera. Incapaz en el último año de ponerse de acuerdo sobre un nivel aceptable de precios, sus trece miembros han permitido subidas paulatinas e individuales que, aparentemente, han perjudicado tanto a los países consumidores como a los propios exportadores, y que, sin duda, han colocado al mundo industrializado ante una crisis económica tan importante corno la de los años 1974 y 1975.
Reflejo de esta crisis de la OPEP fueron los duros enfrentamientos que se produjeron, tanto ayer como el lunes, en las discusiones entre sus trece miembros. Así, el lunes por la noche, los ministros de Petróleo de Irán e Irak, Moinfar y Karim, respectivamente, protagonizaron una pelea verbal sin precedentes en los encuentros periódicos de la organización. Moinfar acusó a Karim de «estar a las órdenes del imperialismo» y de «hacer negocio a cuenta de las dificultades políticas y técnicas de la revolución iraní». Por su lado, Karim acusó a su vez a Irán de irresponsabilidad y de introducir la política en las discusiones de la OPEP.
El nivel de enfrentamiento fue tal, según señalaron después fuentes de la conferencia, que el jeque Yamani, el tradicional moderado y moderador del cartel, se ausentó de la sala de discusiones y tomó un avión para Marbella, donde se encuentra el príncipe heredero saudí Fhad. Ayer por la mañana, y tras evacuar consultas con el hombre fuerte de Arabia Saudí, Yamani regresó a Argel, pero se negó a continuar los debates por medio de sesiones plenarias.
Las negociaciones pasaron entonces a desarrollarse fuera del hotel Aroussi, donde están alojados los ministros, y se trasladaron a la villa costera Club des Pines, a veinte kilómetros de Argel. Los trece ministros, en reuniones separadas, discutieron y modificaron la fórmula de acuerdo que había propuesto Irak y que apoyaban de forma completa y total ocho miembros de la OPEP (todos menos Arabia Saudí, Argelia, Libra, Irán y Nigeria).
La manera de funcionar este acuerdo fue explicado por una fuente segura de la OPEP en los siguientes términos: Arabia Saudí subirá en breve plazo su petróleo en dos dólares y considerará otro incremento superior de dos dólares, siempre y cuando el resto de la OPEP no añada a su propio precio la subida saudí. Si así ocurre, el Gobierno de Riad recortará escalonadamente su producción de crudo hasta que ésta llegue a ser, a finales de año, de unos ocho millones de barriles diarios.
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