La conflictividad del fútbol aumentó considerablemente
Treinta campos cerrados a otros tantos clubes, con un total de cincuenta partidos de clausura, y 48 clubes apercibidos de cierre de sus respectivos terrenos de juego en categoría nacional fue el triste balance, pero reglamentario, del Comité de Competición durante la pasada temporada. Estos datos dan idea de la conflictividad que imperó y del aumento que registró con respecto a las anteriores. La temporada 1978-1979 registró la clausura de diez campos de juego y el apercibimiento de cierre no superó las quince ocasiones.
Las sanciones más fuertes, concretadas en el número de partidos de cierre impuestos como castigo, corresponden a los clubes de inferior categoría, es decir, a Tercera División. El porcentaje de campos clausurados es muy similar entre, las diferentes categorías. Son más los clubes de Tercera División los que han sido sancionados de esta forma que los de Primera, por ejemplo, porque aquéllos suman mayor número.La mayor intensidad y dureza de las sanciones correspondió con la llegada a la presidencia del Comité de Competición de un nuevo presidente, Antonio Martínez Lafuente, pues la conflictividad aumentó considerablemente.
La mayor conflictividad del público es la justificación que precisamente aportó Antonio Martínez Lafuente cuando EL PAIS se interesó por las causas del incremento de los terrenos de juego clausurados. «La explicación que pueda haber a este incremento de la conflictividad», indicó Antonio Martínez Lafuente, «habría que preguntársela a un sociólogo. Como presidente del Comité de Competición ya tengo bastante con estudiar jurídicamente, según los reglamentos federativos, los incidentes que se producen dentro de los campos de juego».
Los campos clausurados durante la pasada temporada, por orden de categorías, fueron los siguientes: Almería, Hércules y Málaga, en Primera División; Alavés y Murcia, en Segunda; Pontevedra, Badajoz, Onteniente, Ibiza, Córdoba y Portuense, de Segunda B; y Cacabelense, Cartagena, Crevillente, Felanitx, Lugo, Motril, Ponferradina, Sóller, Vinaroz, Olot, Gimnástico de Melilla, Linense, Tenisca, Torrevieja, Béjar Industrial, Binéfar, Arganda, Villarreal y Ejea de los Caballeros, en Tercera.
El campo del Vinaroz registra el récord del número de partidos clausurados de la pasada temporada, con cinco encuentros. Le sigue, con cuatro, el del Gimnástico de Melilla; con tres, Cartagena y Felanitx; con dos, Linense, Tenisca, Béjar Industrial, Alavés, Arganda, Binéfar, Córdoba, Portuense y Villarreal; con un encuentro figuran Almería, Cacabelense, Crevillente, Hércules, Lugo, Motril, Ponferradina, Sóller, Ponievedra, Olot, Badajoz, Torrevieja, Onteniente, Ejea de los Caballeros, Ibiza, Málaga y Oviedo.
Tres fueron los recursos que estimó el Comité de Apelación y que presentaron más de la mitad de los clubes sancionados con la clausura de su campo por el Comité de Competición. Los recursos estimados por el Comité de Apelación correspondieron al Gimnástico de Melilla, Alavés y Béjar. En ellos se redujo la sanción a la mitad de los partidos de clausura que en principio les impuso el Comité.
Las principales causas de la clausura de los campos citados se concretan en, agresiones a árbitros y jueces de línea, así como también en el lanzamiento masivo de objetos y en las invasiones del terreno de juego. Las agresiones a los árbitros llegaron a ser en algunos casos graves, lo que obligó a retirar el colegiado o a algunos de sus jueces de línea en camilla, como en Badajoz, Melilla, Torrevieja, Alavés y Villarreal. El trío arbitral se vio obligado a abandonar el campo en automóviles de la fuerza pública en La Línea de la Concepción y en el campo del Tenisca. En algunos casos, los incidentes obligaron a suspender el partido correspondiente, como sucedió en los campos del Felanitx, Ponferradina, Arganda y Oviedo.
La clausura de campo por el Comité de Competición, por otra parte, lleva consigo una sanción económica. El Comité de Competición consideró oportuno silenciar las cifras económicas impuestas a cada caso. Unicamente se limitó a indicar baremos unificados por categoría sin que ello suponga la cifra exacta impuesta. Los clubes de tercera categoría son sancionados con una multa económica que oscila entre 35.000 y 40.000 pesetas; en Segunda y Segunda B, entre 40.000 y 50.000, y en Primera, entre 50.000 y 60.000. De todos modos, varían bastante las multas respecto a su importe, según la residencia o la importancia del club y el aforo de su campo. El Spórting de Gijón, por ejemplo, fue sancionado con una multa de 100.000 pesetas al, ser apercibido de cierre El Molinón. El Atlético de Madrid fue multado económicamente por lanzamiento de objetos al terreno de juego en bastantes ocasiones, cuya suma se acerca al medio millón de pesetas.
Los 48 campos apercibidos de cierre son los siguientes: Hércules, Motril, Badajoz, Arganda, Córdoba, Ejea de los Caballeros, Ibiza, Málaga, Oviedo, Portuense -estos diez clubes fueron después sancionados con la clausura de sus campos-, Algeciras, Alondras, Andorra, Betis, Burgos Promesas, Cambados, Carcagente, Castilla, Chantrea, Don Benito, Ferrol, Gavá, Gramanet, Huelva, La Cava, Linares, Logroñés, Lorca, Margaritense, Martos, Masnou, Murcia, Orihuela, Palencia, Paterna, Piasencia, Riveira, Sabadeli, San Andrés -de Tenerife-, San Martín, San Pedro, Spórting de Gijón, Tarragona, Tenerife, Ubeda, Valmaseda, Venta de Baños y Zamora.
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