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Reportaje:

El búlgaro Kiran Karlov, primer premio del festival de cine de Valladolid

Mención especial a una película de Chabrol

La película De profesión, ordenanza, del realizador búlgaro Kiran Karlov, obtuvo ayer el primer premio de la sección oficial Perspectiva 80 otorgado por un jurado popular en la XXV Semana Internacional de Cine de Valladolid. El caballo del orgullo, del director francés Claude Chabrol, mereció una mención especial. En la sección de cortos resultó premiado el del español Ricardo Nicolás, titulado Lina y Tina.

«Me horrorizan los festivales, y si he venido a Valladolid es porque éste es el menos parecido a un festival. Aquí casi toda la gente viene a ver cine y eso es agradable, mientras que al resto de los festivales hay gente que va a ver cine, pero la mayoría van a comprarlo», afirmó Claude Chabrol, pocas horas después de su Ilegada a la capital castellana, donde acudió para asistir a la proyección de su última obra, El caballo del orgullo, que clausuró anoche la XXV Semana Internacional. El director francés aseguró que su película es «una mirada cristalina y limpia sobre la vida de una familia celta de una zona de Bretaña; a través de ella se analiza también la comunidad y el país, es decir, va desde la unidad menor a la mayor».Claude Chabrol indicó que el francés es «un cine vivo y lleno de posibilidades y talento, pero los problemas surgen a nivel de circulación del dinero; no se invierte lo suficiente y con la rapidez necesaria para hacer muchas películas». Pese a esto, el realizador galo afirmó que no firmaría ningún contrato en diez años con productoras norteamericanas aunque le dejaran hacer lo que quisiera, y dijo que su ideal sería «rodar una película de tipo americano, pero en Europa».

El autor de El caballo del orgullo habló también de sus proyectos futuros. «De momento tengo dos: voy a hacer un filme sobre un hombre anarquista, pacifista, que se niega a luchar en el período 1933-1945, y otro sobre un suceso que ocurrió el año pasado, en las cercanías de París, cuando tres jóvenes feriantes vieron un ovni que se llevó a uno de ellos. La policía creyó que sus compañeros le habían matado, pero, a los diez días, apareció el joven. Entonces los agentes pensaron que se trataba de una broma, pero no pudieron demostrarlo». «De ahí», añadió riéndose, «que Francia sea el único país que ha reconocido a los ovni».

Chabrol explicó también su manera de entender ahora el cine. «En un valle», dijo, «existe una pendiente de sol y otra de sombra. Hasta ahora he mostrado la sombra. De aquí en adelante quiero reflejar el lado del sol, aunque utilizando elementos que usé al mostrar la sombra. Concretamente, y referido a mi película sobre los tres jóvenes y el ovni, creo que antes hubiera incluido a todos en la misma categoría de idiotas, mientras que ahora pienso que los tres jóvenes son los menos locos porque, haya sucedido o no de verdad la historia, han tenido imaginación».

Vida de las comunidades periféricas

Claude Chabrol considera que en El caballo del orgullo no ha hecho cine histórico, sino que «me he interesado no por cómo vivía esa gente, sino por cómo soportaban su vida». «Lo ideal sería», añadió, «contar con seres humanos, con la fuerza de este grupo celta de Bretaña, pero que vivan con comodidad. Sin embargo, esto no es posible porque la comodidad ha reblandecido a la sociedad. En mi película cuento cómo estos hombres soportaban la presión de la Iglesia y de la escuela para que hablaran francés, pero ellos lo aguantaban bien; como se dice ahora, pasaban de esto. A fuerza de pensar sobre esta cuestión he llegado a la conclusión de que si a principios de siglo era necesario el afrancesamiento de estas comunidades, hoy es imprescindible que el Gobierno central reconozca que deben de recobrar su verdadera identidad».Chabrol llegó a mediodía de ayer a Valladolid y asistió a la conmemoración de las bodas de oro del festival. En este acto, el director general de Promoción del Libro y la Cinematografía, Matías Valle, reiteró el apoyo del Ministerio de Cultura a la Semana Internacional de Cine de Valladolid, y señaló que nadie debe protagonizarla, sino que todas las entidades implicadas tienen que aunar esfuerzos para que el festival se potencie. Miembros del comité de dirección entregaron diversos regalos a las personas e instituciones que han apoyado el certamen y a los periodistas Luis Gómez Mesa, como hombre que más tiempo ha seguido el festival, y a Victoriano Rosa, en homenaje a los críticos extranjeros.

En la última jornada oficial hubo que reseñar la ausencia del filme El gran Alejandro, del griego Anghelopoulos, que no pudo llegar a tiempo a Valladolid.

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