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Carrillo defiende en China el socialismo democrático

La delegación del Partido Comunista de España (PCE) que visita actualmente China regresó anoche a Pekín, tras un viaje de una semana por el interior del país. En sus intervenciones públicas y contactos con dirigentes provinciales del Partido Comunista chino (PCCH), Santiago Carrillo ha hecho frecuentes autocríticas por la pasada dependencia del PCE respecto a la Unión Soviética, al mismo tiempo que ha marcado ciertas distancias en relación con la línea del PCCH, que no considera válida para países con tradición democrática.

La intervención política más importante se produjo en un mitin celebrado ante setecientos cuadros intermedios del partido en la región de Kuanchou -antes Cantón- El secretario aeneral del PCE afirmó que el socialismo no puede llegar del mismo modo en paises con gran desarrollo de las fuerzas productivas y tradiciones democráticas que en países con pequeño proletariado y tradiciones feudales. En este sentido, criticó el seguidismo de los comunistas europeos respecto a la URSSI en tiempos pasados -y que afecta aún a algunas organizaciones comunistas del occidente de Europa-, y la obsesión de una toma generalizada de los palacios de invierno, como causas de que dichos partidos no hayan llegado nunca al Gobierno de forma duradera, mientras la socialdemocracia, «a pesar de sus errores y de sus traiciones», tiene gran influencia en la clase obrera.«La estrategia que proponemos para Europa occidental», dijo, «es la unidad entre las fuerzas socialistas y comunistas, superando la división histórica de los años veinte». Para Carrillo, es factible que Europa occidental tenga un sistema de socialismo democrático, en el que puedan existir divejrsas superestructuras -partidos, etcétera-, capaz de mantenerse en el poder sin, convertirse en tina dictadura.

Frente a la tesis china de la «inevitabilidad de la guerra», Carrillo mantuvo la necesidad de oponerse a. «toda costa» a una política bélica y a la existencia misma de los bloques militares. «El leninismo», explicó, «nos decía que hay que transfórniar las guerras ¡mperialistas en guerras civiles para. hacer la revolución. Pero, dado el desarrollo de las armas nucleares, una conflagración en Europa haría desaparecer la vida humana. Por eso hay que oponerse a toda agresión de un Estado contra otro».

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