Homenaje en Canarias al naturalista Sabino Berthelot en el centenario de su muerte

«Canarias descubre a Berthelot cien años después de que éste descubriera las islas», señaló el catedrático de Botánica Wolfredo Wildpret, director del Instituto de Estudios Canarios, en la inauguración de una importante muestra sobre el naturalista Sabino Berthelot y su tiempo, abierta en el Musco Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, con la que inició un homenaje público a su figura al cumplirse el centenario de su muerte. Cuadres, fotografías, libros y documentos originales del científico, ordenados en esta exposición retrospectiva, devuelven a esta época la gran labor erudita de Sabino Berthelot, que profesó un gran amor a la naturaleza insular durante su prolongado ejercicio de cónsul francés en Canarias.Una rara plan La endémica de un Punto aislado del sur de Tenerife, empleada como especie ornamental, lleva el nombre de Lotus Bertheloti y un pájaro isleño tiene también la denominación científica de Antus Bertheloti. Esta planta y este pájaro hacen honor al eminente naturalista francés del siglo XIX Sabino Berthelot, cuya larga estancia en Canarias le convirtió en el principal investigador de su naturaleza. Sus más importantes trabajos son hoy desempolvados por un equipo de especialistas canarios en la Universidad de Florencia. La figura de Berthelot, algo olvidada con el transcurso del tiempo, se ha visto ahora resucitada con este homenaje que le rinde Tenerife.

«Aquí vivo yo», escribió Berthelot para su epitafio antes de morir, en 1880, en dicha isla, expresando su deseo de continuar presente en la tierra que había recorrido detenidamente para desentrañar sus secretos naturales. Durante catorce intensos años, entre 1830 y 1844, desarrolló, junio a Philip Parker Webb, un insigne botánico inglés, la Historia natural de las islas Canarias, escrita en latín y francés, hoy día una a auténtica joya bibliográfica que se encuentra de positada en las bibliotecas de los principales centros de investigación del mundo. Esta extensa obra ha sido considerada el punto de partida para los estudios posteriores. Sólo Viera y Clavijo, el principal historiador canario, había realizado en el siglo XVIII una notable aportación al mismo tema, único precedente de los trabajos de Berthelot y Webb, quienes tuvieron que editar aquellos numerosos tomos por fascículos para costear su total publicación.

Ahora, cada año, un equipo de investigadores del departamento de Botánica de la Universidad de La Laguna, bajo la dirección del catedrático Wolfredo Wildpret, acude a los archivos del Instituto Botánico de la Universidad de Florencia para rescatar y catalogar un inmenso fondo bibliográfico y una colección de plantas originales de Canarias recolectadas en más de 15.000 pliegos. De este modo es reconstruida aquella historia natural de las islas un siglo y medio después de haber sido realizada.

Pero a Berthelot, un estudioso de extraordinaria cultura, no sólo le llegaron a preocupar la geografía botánica, los aspectos etnográficos y los restos arqueológicos de las islas, sino que mostró además un gran interés desde el primer momento de su llegada a Tenerife, en 1820, por su realidad sociopolítica. Fue, en este sentido, un decidido defensor del establecimiento de los puertos francos en el archipiélago. Esta inquietud por los problemas de Canarias en el siglo pasado le valieron numerosas condecoraciones y la distinción de hijo adoptivo de Santa Cruz de Tenerife. Había colaborado estrechamente con el Gabinete Científico y Literario de esta ciudad, institución hoy ya desaparecida.

La reedición de varias de sus obras por parte del Cabildo Insular de Tenerife y el citado Instituto de Estudios Canarios, organizador del homenaje, recuperan una faceta, la de escritor, que practicó de forma significativa en vida.