Concedidos los principales galardones de la literatura catalana

«El presidente de la Generalidad está aquí para daros las gracias y alentaros», afirmó Jordi Pujol al término de la fiesta de concesión de los ocho premios literarios de la denominada. «Noche de Santa Lucía», que constituyen los más importantes galardones de las letras catalanas, El de mayor significación, el San Jordi de novela, dotado con medio millón de pesetas, correspondió al autor teatral mallorquín Joan Mas Bauzá, por su obra L'Espectacle (El espectáculo).La presencia y la intervención de Jordi Pujol -acompañado del alcalde de Barcelona y de cuatro consejeros de la Generalidad constituía una réplica directa a la actitud que había adoptado con relación a estos premios su antecesor, Josep Tarradellas. Este, durante todo su mandato, optó por asistir a todos los premios literarios -muy en especial a los de lengua castellana-, pero ostensiblemente rehusó acudir a los celebrados anteanoche pese a su profunda significación catalanista.

El Premio San Jordi distingue a la primera novela escrita por Joan Mas, quien es conocido por sus sainetes teatrales de escaso interés, pero de amplia popularidad en Mallorca. Respecto a este autor, el conocido escritor mallorquín Jaume Vidal Alcover manifestó a este diario: «Me sorprendería que fuera una buena novela, porque está escrita por un autor teatral que en este género sólo ha escrito obras mediocres».

El premio en el que había más concursantes era el Carles Riba, de poesía. Concurrían 72 obras. Resultó ganadora la presentada bajo seudónimo por el sacerdote Joan Montalá, de unos cincuenta años de edad. Se trata de un conjunto de poemas ricos de vocabulario, herméticos, de una notable sensibilidad clásica, nada religiosa, muy intelectualizada, con un contenido intemporal, con un lirismo absolutamente intelectualizado.

El Premio Víctor Catalá, de cuentos y narraciones, correspondió a Margarida Aritzeta, por su obra Kuan la pedra es torna fang a les mans (Cuando la piedra se convierte enfango en las manos). El Premio Josep María Folch y Torres fue ganado por Josep Albaríell, conocido novelista, que constituye uno de los más esperanzadores jóvenes valores de las letras catalanas. Hasta ahora no había escrito ninguna novela juvenil como la galardonada en este premio, destinado precisamente a este tipo de literatura.

El Premio Xarxa, de ensayo, fue ganado por los periodistas Josep María Casasús y Xavier Roig, por un trabajo dedicadoa los modelos de diario y la crisis de la Prensa. El Premio Joaquim Ruyra, de literatura juvenil, fue concedido a Vicenc Villatoro, por una novela de acción policiaca situada en Tarrasa, que lleva por título Papers roóats que cremen (Papeles robados que queman).

El Premio Francesc Eiximenis, de ensayo religioso, correspondió al monje de Montserrat Miguel Estrade, por su libro (Pare nostre: Padre nuestro). Finalmente, el Premio Avui, de artículos penodísticos, fue declarado desierto, pero se concedieron dos accésit. Uno correspondió al sociolingüista Francesc Vallverdú, por su trabajo Les actituds envers del catalá, publicado en el semanario Treball, y el otro a Josep Miquel Serviá, por el artículo Les banderes d`Enguany, publicado en el periódico TelelExpres.

En general, los premios no indicaron la aparición de corrientes renovadoras, sino más bien la estabilización de gustos clásicos e incluso convencionales.