Acuerdo final UCD-PSOE para iniciar los trámites autonómicos por el artículo 143 el 1 de febrero

El próximo 1 de febrero será la fecha del comienzo del proceso autonómico madrileño, según el acuerdo final al que llegaron ayer la Federación Socialista Madrileña del PSOE y UCD-Madrid el pasado jueves, después de que, quedaran sentadas las bases del mismo. Al día siguiente de que la Diputación provincial acuerde por unanimidad el inicio de los trámites, lo hará a su vez el Ayuntamiento de Madrid, y a continuación la gran mayoría de los restantes municipios, que recibirán instrucciones en este sentido. Ambos partidos, a los que sin duda se sumará el PCE, que no ha estado en las negociaciones finales y que ha quedado en cierto modo, relegado a una especie de segundo plano, quieren urgir también la redacción del estatuto autonómico.

El texto del acuerdo básico es el siguiente: «Ambos partidos (UCD y PSOE) han expresado su acuerdo en la conveniencia de iniciar el proceso que debe conducir a la creación del ente autonómico. La fórmula acordada ha sido la de seguir para dicho proceso la vía establecida en el artículo 143 de la Constitución, que llevará a crear la comunidad autónoma de Madrid a partir de la actual provincia, con el reconocimiento expreso del hecho de la capitalidad del Estado, sin perjuicio de llegar en su momento a fórmulas de cooperación con regiones limítrofes».Un texto que sólo recoge los aspectos más importantes y generales del asunto. Aunque no figure expresamente en el coniunicado, la FSM y la UCD-Madrid coinciden también en iniciar inmediatamente la elaboración del estatuto. El calendario fijado, según Pedro Antonio Martín, secretario provincial ucedista, marca la convocatoria de un pleno exraordinario en la Diputación para los días siguientes al congreso nacional de su partido, a últimos de enero, cuando dispongan ya de más tiempo libre. En el mes de enero, sin embargo, seguirán las reuniones entre ambos para perfilar las líneas maestras de lo que será el Estatuto de Autonomía de Madrid.

UCD mantendrá contactos también con el PCE y Alianza Popular, aunque situándolos intencionadamente en un segundo plano de importancia, ya que, según el señor Martín, «el peso específico en la provincia lo tienen UCD y PSOE». El PCE quiso en su día llevar conjuntamente con la FSM las negociaciones con los ucedistas. Los socialistas, sin embargo, prefirieron desligarse de aquél y que las conversaciones fueran bilaterales, postura similar a la de UCD. Aunque los comunistas puedan sentirse algo molestos por esta relegación, su postura a favor de la autonomía madrileña -fue el primer partido que se pronunció- es demasiado clara para que puedan sentir la tentación de crear problemas.

El PSOE tiene los habitantes; UCD, los municipios

En cualquier caso, lo cierto es que el buen fin del proceso autonómico madrileño depende de los dos partidos mayoritarios. El PSOE tiene de su parte el requisito de la población, puesto que con sus 32 ayuntamientos en los que tiene mayoría reúne más del 90% de los habitantes de la provincia. UCD sólo gobierna sobre unas 120.000 personas, pero repartidas en 79 municipios, cuyo voto afirmativo es imprescindible para cumplimentar el segundo requisito: la adhesión de, al menos, las dos terceras partes de los ayuntamientos.Es muy probable que el pleno extraordinario en el que se acuerde el inicio de los trámites legales se convoque el próximo 1 de febrero y que, sea cual fuere la fecha, el Ayuntamiento de Madrid lo haga al día siguiente. Los dos partidos mayoritarios estuvieron de acuerdo en que Madrid debe basar sus aspiraciones autonómicas en motivos de economía, especialmente tener acceso al reparto de fondos previsto en la ley orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas, ya que no tiene tradiciones o aspectos lingüísticos o culturales sobre los que asentar claramente una identidad regional diferenciada.

Otro aspecto básico en que ambos partidos coinciden, según informó a EL PAIS uno de los representantes socialistas, fue que el desarrollo del proceso madrileño no se vería condicionado por los avatares de los de las demás regiones.

El acuerdo entre socialistas y ucedistas despeja el panorama en cuanto al seguro cumplimiento de los trámites legales marcados por la Constitución. Las discrepancias se prevén en las negociaciones de contenido del estatuto y en la fijación de la ley electoral de cara al Gobierno autonómico. Dado que la izquierda tiene sus votos concentrados en el área metropolitana y poblaciones importantes, tratará de que prime el voto por persona, mientras que UCD es previsible que prefiera una representatividad territorializada.