Francia no permitirá Ia fusión política de Libia con Chad
Francia «no tolerará» que Libia y Chad se fusionen en un solo Estado, como propone el acuerdo de principio firmado el martes en Trípoli entre ambos países.
Robert Galley, ministro francés de Cooperación, declaró ayer tarde por televisión que tal posibilidad «es contraria a todas las leyes internacionales y viola los acuerdos de Lagos de 1979», por lo que Francia no lo tolerará jamás. No obstante, el alto funcionario francés desmintió que Francia esté dispuesta a intervenir militarmente en su ex colonia.
La fusión de Libia y Chad, en caso de concretarse, permitiría al coronel Muamar el Gadafi sentar en el Africa negra, las bases de una «nación islámica», ya que no ha conseguido la «unidad árabe» en el Oriente Próximo.
Desde 1969, Libia viene proponiendo, infructuosamente, su fusión con Egipto, Siria y Túnez. Su último proyecto federativo, aún en un estadio preliminar, implica a Siria.
En Chad, país con el que Libia tiene firmado, desde el 15 de junio de 190, un tratado de alianza y defensa mutua, la situación interna le es altamente favorable al coronel Gadafi. Chad está arruinado después de un año de guerra civil; el Estado puede decirse que no existe, y las fuerzas libias que han permitido al presidente Gukuni Vleddeye acabar con la rebelión de Hissene Habre siguen estacionadas en el país y controlan las principales ciudades del norte y del centro, incluida la capital, Yamena.
El "expansionismo libio" inquieta también a EE UU
El «expansionismo libio» no sólo inquieta a Africa, que lo ve como un factor inmediato de desestabilización, sino a Estados Unidos y a Francia. Debido a esto, a finales de diciembre, con motivo de la visita a París de Ahmed Shahati, emisario del coronel Gadafi, el ministro de Asuntos Exteriores francés, Jean François Poncet, excluyó cualquier tipo de visita oficial a Francia de dirigentes libios mientras que las tropas de trípoli permanecieran estacionadas enEntre tanto, Libia anunció ayer oficialmente la creación conjunta de un ministerio de energía atómica y de un centro de investigación nuclear, lo que vuelve a poner en candelero el debate sobre la bomba islámica libia.
El interés de este país por la energía atómica no es nuevo. Ya en 1973, con motivo de la creación de una comisión especial libia, se especuló con la posibilidad de que se estuviera fabricando una bomba islámica de origen paquistaní, financiada por los petrodólares libios. En 1978, Libia firmó un acuerdo con la Unión Soviética para la adquisición de una central de trescientos megavatios, y en julio de 1980 se sometió al control de la Agencia Internacional de la Energía Atómica.
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