La catástrofe de Ortuella pudo repetirse en un colegio de Cangas de Morrazo (Pontevedra)
Los casi ochocientos niños del colegio nacional de Darbo, en Cangas de Morrazo (Pontevedra) puede que hayan estado sentados encima de una bomba durante buena parte de lo que va de curso escolar, puesto que el día 19 de diciembre pasado un técnico enviado por el Ayuntamiento de Cangas confirmó la existencia de una fuga de gas propano en algún punto de la instalación que nutre las cocinas del centro. Como consecuencia de no haberse resuelto el problema durante las pasadas vacaciones navideñas, el alcalde de Cangas decidió clausurar el colegio y mantenerlo cerrado hasta que la situación se haya aclarado.
La sospecha de que algo funcionaba mal en la instalación de propano la tuvieron, poco antes de las vacaciones de Navidad, el director del centro y el encargado del comedor, al comprobar en una de sus periódicas revisiones del manómetro del depósito de propano, que el consumo parecía excesivamente alto y, poco después, que no quedaba gas.Anteriormente se había achacado este excesivo consumo a la instalación de un nuevo calentador, pero, clausurado éste, se observó que seguía manifestándose un consumo exagerado. Por último, tres días antes de las vacaciones, el gas se acabó y el director se puso en contacto con el alcalde de Cangas, quien ordenó que se desplazase al lugar un técnico instalador que confirmaría la existencia de un escape.
Ese mismo día, un técnico de la casa Fagor comprobó las instalaciones comisionado para ello por el Ministerio de Educación, que había ordenado una inspección general de colegios nacionales tras el desastre de Ortuella. Este técnico confirmó que no había escapes en las instalaciones interiores de los aparatos de consumo; inyectó gas en el depósito vacío y comprobó que había una fuga que podría localizarse en la tubería de conducción desde el depósito a las cocinas.
Según un profesor del colegio, durante esa inspección se descubrió que un tramo de la tubería había emergido a la superficie forzada por la raíz de alguno de los árboles entre los que discurren los accesos de gas al colegio. Entonces los responsables del centro estimaron que una importante cantidad de propano se había perdido por causas ajenas al consumo normal de las cocinas. La capacidad total del depósito es de 2.000 kilos.
"Encima de una bomba"
«Hemos estado encima de una bomba, pero tuvimos suerte de que no pasase nada», afirmó una maestra del colegio de Darbo, que se expresó en los mismos términos que el presidente de la asociación de padres de alumnos, José Llamas. La profesora puso, además, al descubierto el problema social que ahora se ha provocado, al no poder utilizar el comedor en varios días.
«El 17 de diciembre tuve conocimiento de que unos 1.200 kilos de propano se habían perdido del depósito del colegio», nos ha dicho el alcalde de Cangas, José Chapela, quien afirmó que entonces se puso en contacto con la Delegación de Educación, donde le dijeron que se revisaría todo durante las vacaciones. «Sin embargo, ayer traté de hablar con el delegado», añadió , «pero estaba en una reunión y le comuniqué que no empezarían las clases hasta que el asunto estuviese claro, por medio de una secretaria. A última hora de la tarde hubo de tomar la decisión de cerrar el colegio, siguiendo el informe de la comisión de educación municipal».
«El instalador que envió el Ayuntamiento el 19 de diciembre», afirma el alcalde, «me aseguró que al abrir la tapa del registro del depósito de propano el olor a gas lo echó para atrás». Esta apreciación coincidiría con la del técnico de Fagor que hizo la revisión el mismo día y que ayer corroboró su apreciación de entonces.
Según explicaron el alcalde y el concejal de Educación de Cangas, la actuación de ayer se debió a que desde el Ayuntamiento se solicitó la presencia de técnicos de la comisión provincial de servicios técnicos, a través de una conversación telefónica con el gobernador civil en funciones realizada el miércoles. Como consecuencia de ello, ayer se presentaron en el colegio de Darbo técnicos del Ministerio de Industria, de Butano y de la unidad técnica del Ministerio de Educación, el inspector de EGB, el alcalde y el concejal de Educación de Cangas; el consejo de dirección del centro y directivos de la sociación de padres de alumnos.
El propano no aparece
Los técnicos se pasaron ayer buena parte del día en el colegio y no regresaron a comer a sus domicilios. Terminados los trabajos de ayer, no se había comprobado la existencia de fuga alguna. A pesar de ello, los cálculos de los responsables del centro y de algunos técnicos, según declaró a EL PAIS el concejal de Educación de Cangas, Enrique Harguindey, establecieron que unos ochocientos kilos de propano han desaparecido, presumiblemente como consecuencia de la fuga de gas que ayer no pudo detectarse.
«De momento no hemos encontrado indicios de que exista gas acumulado en algún sitio», ha manifestado el jefe de la sección de Industria de la Delegación Provincial de este Ministerio. «Lo que parece es que podría haber habido un consumo de gas más alto que en otras ocasiones, aunque el porcentaje de variación no ha sido demasiado elevado. Podría estimarse que no ha habldo fuga, y que todo se debió a ese superior consumo» Sin embargo, el jefe de la sección de Industria confirmó que el citado técnico de Fagor insistió ayer en que el 19 de diciembre había detectado la fuga de gas. Afirmó también que tanto la Delegación de Industria como la empresa instaladora harían certificaciones para garantizar la perfecta instalación y que puedan reanudarse las clases sin problemas.
En cualquier caso, no será ante de la próxima semana cuando pueda reiniciarse el curso, puesto que entre hoy y el lunes y martes se levantarán todas las conducciones exteriores y el depósito subterráneo para comparar su es tado. Este depósito fue instalado en 1973 por la empresa Progalsa, de Ribeira (La Coruña), que se ha disuelto, y tendría que ser revisado a los diez años de su instalación.
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