La imparable subida del dólar comienza a preocupar seriamente en Europa
Después de batir récords en la República Federal de Alemania frente al marco, el dólar traspasó ayer, en París, la barrera psicológica de los cinco francos, lo que hace temer que la imparable ascensión de la divisa norteamericana termine por resquebrajar el equilibrio del Sistema Monetario Europeo (SME). El Bundestank se vió forzado ayer a vender 164,7 millones de dólares para sostener el marco.
Ayer, el dólar se cotizó a 5,1 francos en el mercado de cambios de París, nivel no igualado desde 1976. Asimismo, la subida de la moneda estadounidense continuó en Francfort, hasta alcanzar 2,19 y también batió récord en Suiza, donde ya se cotiza entre 1.99 y 2.0075 francos suizos.La ascensión imparable del dólar ha comenzado a preocupar seriamente a los Gobiernos de los países europeos, que, pese a las presiones ejercidas sobre Washington para que actúe en contra del dóIar, se han dado cuenta que poco puede hacerse desde orillas del Potomac para frenar a la divisa norteamericana.
El pasado lunes, el presidente de¡ Sistema Federal de la Reserva, Paul Volcker, comunicó a los gobernadores de los bancos centrales de los principales países industriales, durante la reunión quincenal de Basilea, que Washington no tiene intención de detener la ola, especulativa o no, favorable a la divisa norteamericana.
Según Volcker, la Administración Reagan ha hecho del control de la inflación, por el camino de las medidas de actuación monetaria, su principal bandera económica. En este sentido, los fuertes reajustes presupuestarios que pretende Reagan no podrán lograrse sin una férrea y decidida política monetaria, lo que equivale a señalar que Washington no está dispuesto a modificar a la baja sus altos tipo sde interés, una de las razones de la fortaleza del dólar.
En Europa, sin embargo, los expertos no achacan a Washington toda la responsabilidad exclusiva de la inusual subida del dólar. «Si el dólar incrementa su valor no es sólo por culpa de la política estadounidense», declaró a EL PAÍS el vicepresidente del Morgan Guaranty, de Nueva York, Frederick E. Tezelli. El jefe de las operaciones europeas del banco neoyorquino estima, en este sentido, que la fortaleza del dólar es consecuencia directa de la debilidad del marco, resultado a su vez de las pobres perspectivas económicas de la República Federal para 1981.
A la luz de las propias estimaciones del Morgan, la RFA ha cosechado un déficit de 16.000 millones de dólares en 1980 y su balanza exterior por cuenta corriente puede experimentar otro déficit de más de 18.000 millones de dólares en 1981. «En estas circunstancias », declaró otro banquero, «los alemanes no pueden quejarse si el dólar no ha llegado todavía a cotizarse en torno a los tres marcos».
Lo malo de la debilidad del marco es que puede arrastrar a otras monedas europeas con su caída. De hecho esto se está ya produciendo con el franco francés, que, con más o menos éxito, ha estado resistiéndose en el descenso. Pero las vinculaciones institucionales del SME están ya registrando los efectos lógicos de la caída del marco dentro del sistema monetario europeo, pese a las díferencias en niveles de inflación y políticas económicas a lo largo y ancho de Europa.
Todos los expertos estiman, sin embargo, que es difícil hacer predicciones en torno a lo que puede suceder dentro del SME por culpa de la presente crisis monetaria internacional. El banco central alemán ha estado realizando esfuerzos sobrehumanos para mantener estable la cotización de su moneda a costa de gastarse largas sumas de dólares en la operación. Francia, por su lado, está resistiendo la ofensiva del dólar con notable éxito, en parte por el giro de inversiones a corto plazo hacia el franco provenientes de Alemania.
En cualquier caso, es previsible que la fortaleza del dólar continúe con los altos tipos de interés norteamericanos en espera de que las previsiones económicas de una próxima recuperación se produzcan.
La peseta, por los suelos
La fuerte subida del dólar está haciendo caer por los suelos a la peseta. En los últimos días, la moneda española ha alcanzado ya el punto más bajo desde el último reajuste oficial de 1977. Aunque la política de dejar flotar la peseta está alentada desde instancias oficiales, el declive ha llegado a ser del orden del 0.51% por término diario. Esta tendencia a la baja de la peseta está siendo bien recibida en los círculos exportadores, pero, a la vez, está agravando algunos de los problemas más serios de la economía española, encareciendo las importaciones de petróleo y dificultando las posibilidades de financiación exterior, instrumento de vital importancia en los procesos de reconversión iniciados.
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