Golpe bajo a la democracia
Con la puesta en vigor del proyecto de ley orgánica en defensa de la Constitución se abren de par en par las puertas de la cárcel y no precisamente para los golpistas, bien agazapados en las instituciones deI Estado, sino, para todos los que desde una perspectiva libertaria a luchan por una auténtica democracia.Una ley que en defensa de la Constitución prohíbe de hecho la libertad de expresión, recogida en la misma, que pone en peligro el ejercicio libre de la profesión periodística, castigando una información u opinión con el peligro de la cárcel, es una perogrullada diabólica y un golpe bajo a la democracia.
Cuando los parados no soporten las punzadas del hambre y de la miseria y se- manifiesten sin el correspondiente permiso constitucional, porque no a todos les es permitido el manifestarse públicamente como a las fuerzas parlamentarias, ¿también podrán ser encarcelados?
Cuando los estudiantes y jóvenes, cada día más hastiados de la sociedad consumista, deshumanizada, competitiva y constitucional, Ínuestren por escrito y con sus movilizaciones, su oposición frontal contra tal estado de cosas, según la ley, ¿se les podrá encarcelar?
Seguramente, también se encontrarán fuera de la ley, a partir de su aprobación, los ecologistas, las feministas, los movimientos marginales, los humanistas radicales defensores de las causas perdidas, los intelectuales independientes y críticos y todos los ciudadanos que en un momento determinado lleven a la práctica (por escrito o en a tos) su oposición a una sociedad injusta y deshumanizada, por su puesto constitucional. Como siempre, con esta ley sólo están defendidos, el Estado, sus eternas injusticias y sus servidores.
Si esta ley es aprobada y se aplica en todo su rigor, de aquí a un año aparecerán, en un país que se califica de democrático, cientos de presos políticos, y una vez más volverá a la calle el grito de ¡Amnistía! /
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