Villeneuve, inesperado triunfador en Montecarlo
El canadiense Gilles Villeneuve, primer piloto de la escudería italiana Ferrari, ganó, ayudado por la fortuna, el Gran Premio de Mónaco, sexta prueba puntuable para el Campeonato del Mundo de Fórmula 1 . La carrera estuvo dominada en su mayor parte por el brasileño Nelson Piquet, que sufrió un accidente, víctima de su fogosidad. Luego, el actual campeón del mundo, Alan Jones, a cuatro vueltas del final, cuando la bomba de gasolina de su Williams dejó de funcionar, se vio rebasado por Villeneuve. La clasificación del mundial no sufre variaciones, según informan las agencias.
La carrera de Montecarlo es tradicionalmente una de las más duras. Lo estrecho de la pista no permite el más mínimo fallo. Es preciso conducir siempre al límite, pasar cada bordillo a sólo unos milímetros: cada guardarrail, casi tocándolo. Es la única forma de ir rápido en un trazado tan sinuoso como el del circuito urbano de Montecarlo. Pero, al mismo tiempo, es tremendamente arriesgado. Porque, aunque la velocidad no es excesivamente elevada y, por tanto, el riesgo de un accidente mortal es menor que en otros circuitos del mundial, la posibilidad de un accidente que dañe al coche lo suficiente como para no poder seguir en carrera es, sin embargo, muy elevada.No es de extrañar, por tanto, que sólo siete coches terminaran la carrera, ni que ésta estuviera marcada por lo que aparentemente podrían parecer fallos estúpidos de pilotos o máquinas.
Cuando todo parecía ser una cabalgada triunfal del brasileño Nelson Piquet, se produjo el primer vuelco en la clasificación . Piquet había perdido toda su ventaja sobre Alan Jones en los adelantamientos a unos pilotos rezagados, y la presencia del campeón del mundo en sus retrovisores, cuando sólo un poco antes la ventaja era de ocho segundos, le puso un poco nervioso.
Por eso, al ir a doblar a Tambay, quiso hacer una maniobra muy rápida. Trató de perder el menor tiempo posible en una operación siempre incómoda por la estrechez de la pista, pero cometió un error y fue a chocar contra la valla.
A partir de ese momento. Alan Jortes quedó en cabeza y en solitario. El canadiense Villeneuve, al volante de su Ferrari turbo, estaba haciendo una carrera sensacional, dadas las características de su motor turboalimentado, muy poco propicias para un circuito tan lento y sinuoso.
Sin embargo, a cuatro vueltas del final, la bomba de gasolina del Williams de Jones dejó de funcionar correctamente. El campeón del mundo entró en su box para rellenar gasolina y tratar de que así la bomba succionase mejor. Pero fue inútil. Cuando salió todavía estaba en cabeza, pero con la bomba sin enviar al motor la gasolina que éste necesitaba, la victoria de Jones era imposible. Faltaba ya muy poco para terminar y Jones se vio rebasado por Villeneuve, aunque pudo mantener su coche en carrera hasta cruzar la meta en segundo lugar, por delante de Laffite, Pironi, Cheever Surer.
El mundial se pone aún más interesante, con Reutemann -que abandonó en Montecarlo- en cabeza y Jones y Piquet a diez y doce puntos. respectivamente. La próxima carrera será en el Jarama el 21 de este mes de junio.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.