Los médicos de asistencia pública domiciliaria, un colectivo disperso en servicio permanente

Los médicos titulares o médicos de asistencia pública domiciliaria, conocidos como APD o como médicos rurales, celebraron recientemente una asamblea en Madrid para tratar la problemática general de mayor incidencia en su ejercicio profesional. La totalidad del colectivo -unos 8.000 médicos- plantea reivindicaciones precisas, entre las que sitúan en primer lugar el dar solución al servicio de urgencias.

Luis Grañeda, representante del colectivo madrileño de APD en el Colegio de Médicos, señala al respecto que «es necesario arbitrar la forma en que el médico titular tenga legalmente regulado el descanso diario y anual, cosa todavía pendiente, pues se nos continúa manteniendo el horario de veinticuatro horas de servicio permanente durante todo el año».Otro de los problemas con que se enfrentan es la no convocatoria de oposiciones. «Está legalmente estipulado que cada año salgan oposiciones para cubrir plazas, así como que cada año haya concurso de traslados. Mal que bien, los concursos se cumplen, pero las oposiciones llevan tres años sin salir».

En otros órdenes, este colectivo también está pendiente de ver cómo le afectan cuestiones como el traspaso de competencias a los entes autonómicos. «Hasta ahora hemos sido un cuerpo nacional, pero no sabemos qué repercusión tendrá para nosotros el reparto de competencias autonómicas».

Las incompatibilidades

En similar expectativa se muestran con respecto al tema de las incompatibilidades. «Nosotros tenemos duplicidad de empleo, el de la sanidad nacional y el de la Seguridad Social, porque así nos ha venido impuesto», apunta Luis Grañeda.

De índole menor son otras aspiraciones. «Tenemos congeladas las percepciones económicas por acto médico, por consultorio, la cuota de los autónomos agrarios, y nada se nos abona por concepto de desplazamiento, cuando hoy día se hacen constantes recorridos en coche propio y la gasolina se paga del bolsillo del médico».

Sin embargo, han logrado que se resuelva su opción ante las perspectivas que abría la medicina familiar y comunitaria. Una orden ministerial del pasado 14 de abril les concede el título de especialistas en ese campo. Esto parece que va a servir de punto de fricción con los llamados médicos de familia, especialidad creada en 1978 y cuyos integrantes, a punto de terminar los tres años de formación al efecto, no ven clara su incorporación al trabajo.

En el fondo late, entre otros, el problema del paro. Se calcula que dentro de cinco años las facultades de Medicina habrán puesto en circulación aproximadamente unos 50.000 licenciados con delstino al paro. Sin necesidad de esperar esos cinco cursos académicos, el panorama de los médicos de asistencia pública domiciliaria pasa ahora mismo también por el problema que tiene contraído la mitad de ellos, que ejercen en funciones de interinidad.

Los médicos titulares interinos protagonizaron recientemente una protesta dirigida al Ministerio de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social por la convocatoria de unas oposiciones, de carácter libre para la mayoría de las plazas, que, en su criterio, lejos de resolver los problemas hace anos planteados, venía a agravar la situación. Dicha convocatoria, tras las negociaciones establecidas con el Ministerio, ha quedado en suspenso a la espera de encontrar una vía de solución que compagine los intereses en juego, es decir, las reivindicaciones de los interinos y la obligación de convocar y realizar oposiciones.