La seguridad interior, una pesadilla para los dirigentes iraníes
La seguridad interior de Irán, cada día más amenazada por nuevos atentados, se ha convertido en la principal preocupación de los dirigentes iraníes y del nuevo Gobierno, que logró ayer la investidura.A pesar de la ejecución de más de seiscientos opositores, la contrarrevolución interior se ha convertido, dos meses después de la destitución del ex presidente Banisadr, en una pesadilla para las autoridades iraníes. El presidente, Alí Rayai;, el primer ministro, Mohamad Yavad Bajonar, y representantes de la policía y del Ejército celebraron el domingo una reunión para tratar sobre la seguridad interior en el país.
Antes de esta cumbre, el primer ministro, interpelado por primera vez por los diputados, estimó que la seguridad en Irán dependía de tres factores: la actitud del Gobierno frente a los grupos políticos, la acción de los tribunales islámicos y el papel de las fuerzas del orden.
El problema de los grupúsculos, y en especial el del más activo entre ellos, los Muyahidin e Jalk- (izquierda islámica), fue el tema que dominó el primer "mensaje a la nación- del presidente Rayai. "Tened valor, determinación y firmeza frente a la contrarrevolución".
Como un eco de las palabras de Rayai, Radio Teherán anunció el domingo más de doscientas detenciones de muyahidin y de otros "terroristas". Ayer la misma emisora anunció que veintitrés miembros del comando central y militar de esa organización habían sido ejecutados en la prisión de Evin.
Pero esta política no parece arredrar a la oposición guerrillera, que el fin de semana pasado asesinó a dos destacados miembros del clero chiita y atacó con granadas y armas automáticas la residencia del ayatollah Musavi Ardebili, presidente del Tribunal Supremo.
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