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Los civiles que apoyan a los golpistas preparan una nueva estrategia para exculpar a los procesados por el 23 de febrero

La carta dirigida por el teniente general Jaime Milans del Bosch, acusado de rebelión militar por su participación en el intento golpista del 23 de febrero, al ex vicepresidente primero del Gobierno teniente general Manuel Gutiérrez Mellado (véase texto adjunto), puede ser el comienzo de una operación más amplia de los golpistas, según fuentes gubernamentales oficiosas. Tras el efecto contrario a los procesados producido en la opinión pública por la filtración de las principales declaraciones sumariales, los golpistas tratarían de recuperar terreno e imagen si ello es posible.

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Uno de los proyectos en marcha sería la publicación de un manifiesto redactado por José Antonio Girón y firmado por varios tenientes generales en la reserva y otras personas, todos ellos vinculados a la ultraderecha.El fracaso, a nivel jurídico, de los sucesivos intentos de retrasar el proceso, mediante peticiones tales como la nulidad de las actuaciones, y el falto de la inicial estrategia defensiva de amenazar con implicar a altas instituciones del Estado y al propio Rey, ha aconsejado recientemente a los procesados y a sus defensores a realizar un giro en su estrategia. En un primer momento, los abogados defensores de los inculpados creyeron que la revelación de las declaraciones sumariales podría producir un efecto favorable para sus defendidos.

Las primeras filtraciones, a pesar de su carácter selectivo y de proceder de los propios abogados, produjeron un efecto contrario, como consecuencia de las numerosas contradicciones entre los principales procesados y a causa del carácter inculpatorio para algunos de los golpistas de las alegaciones exculpatorias realizadas por otros de ellos. Los medios ultraderechistas, que habían recibido con fruición las revelaciones sumariales, comenzaron a acusar de intoxicación la pura información facilitada sobre las declaraciones que obran en el sumarlo abierto por la autoridad judicial militar.

La escalada de los golpistas y de las personas afines políticamente a los procesados podría consistir en los próximos días, coincidiendo con la reanudación de la actividad política, en una operación de reagrupamiento de fuerzas, que irrumpieran ante la opinión pública, con nombres y apellidos, para respaldar al menos moralmente a los procesados. Las fuentes oficiosas consultadas por EL PAÍS manifestaron que, al parecer, el Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) ha detectado una operación de este carácter sobre la que, aunque a nivel de hipótesis todavía, está trabajando la policía gubernativa.

Las fuentes citadas señalar n como muy posible que ya haya sido redactado un manifiesto por parte de un equipo dirigido por José Antonio Girón, para el que se buscan firmas de militares y civiles. Entre los primeros podrían figurar en principio los tenientes generales en la reserva Carlos Iniesta Cano, Fernando de Santiago y Francisco Coloma. El carácter del manifiesto, cuyo contenido no ha sido revelado, sería exculpatorio para los procesados, cuya actitud el 23 de febrero se pretendería disculpar por la gravedad de los problemas políticos del país.

Como primera avanzadilla de esta operación, las fuentes consultadas señalaron la carta de Milans del Bosch a Gutiérrez Mellado, en la que el teniente general acusado de rebelión pretende replicar a la declaración sumarial del ex vicepresidente primero del Gobierno, en la que éste describe la actitud de Milans, que desconoció «los más elementales principios de la ética militar».

En la carta de Milans del Bosch, que publicamos íntegra en esta misma página, se pretende descalificar al teniente general Gutiérrez Mellado, con lenguaje injurioso y despectivo, por su actuación durante la guerra civil en los servicios de inteligencia militares, en lugar de al frente de unidades armadas. En medios militares se observaba ayer que precisamente varios de los procesados junto a Milans del Bosch por el intento golpista trabajaban en servicios de información o espionaje militar.

Por su parte, Gutiérrez Mellado, que pasa sus últimos días de vacaciones en Cadaqués, declaró a la delegación de EL PAÍS en Cataluña que «hay cosas más importantes que leer y que hacer que ocuparse de la carta de Millans del Bosch. Estoy leyendo a Josep Pla y no quiero hacer comentarios sobre esta carta. La semana próxima volveré a Madrid y la leeré con más detenimiento». Añadió que nunca quiso hacer declaraciones a la Prensa sobre el 23 de febrero y que sus únicas manifestaciones sobre aquellos hechos las hizo al juez competente. En la declaración sumarial citada el teniente general Gutiérrez Mellado hizo realidad la decisión de «luchar hasta el límite de mis fuerzas» para acahar con los bulos que pretendían involucrar a don Juan Carlos en la intentona golpista, según señaló a Cambio 16.

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