La importancia del lenguaje
Lacan: oscuro, hermético, metafórico, elíptico, metafísico, logocentrista, de discurso esquizofrénico... son algunos de los epítetos que el maestro de la Escuela Freudiana de París -disuelta por él mismo el año pasado- ha ido recibiendo de parte de sus críticos y exegetas, que han señalado la dificultad de sus traducciones. «El estilo de Lacan», comenta J. Derrida a propósito del seminario sobre La carta robada, de Poe, «estaba hecho aposta para hacer vano todo intento de acceso a un contenido aislable, a un sentido unívoco, determinable, más allá de la escritura».Es ya un tópico 'incluir a Lacan, junto con Barthes. Foucault y Levi-Strauss en la corriente estructuralista del París de los años sesenta, cuando la semiología francesa comenzaba a dominar en el campo de las ciencias llamadas humanas. Tomando de Saussure la clásica diferenciación entre significante y significado, cuya correlación constituiría el signo, formula Lacan su concepto central de «cadena significante».
En el debate sobre la significación, este autor desplaza la atención del signo a la cadena significante, señalando la primacía del significado: si en la más vieja tradición desde los estoicos el signo (aliquid estat por aliquo) es lo que representa algo para alguien, para Lacan es el significante lo que representa un sujeto para otro significante. Por su parte, la significación no se transparenta de una a otra cara del signo, sino que la barra significante /significado será vista como «resistencia a la significación» que marca no un pasaje, sino el propio funcionamiento, el juego formal del significante.
El famoso eslogan lacaniano «el inconsciente se encuentra estructurado como un lenguaje» posibilita varias lecturas. Según A. Wilden, que considera y critica la teoría lacaniana desde el estudio de la comunicación, se puede entender, bien que el proceso primario depende de procesos peculiares exclusivamente de lenguaje -es decir, el lenguaje representa un modelo-, o bien que existe una especie de analogía entre el lenguaje y el proceso primario.
En términos generales, el sujeto para Lacan está tejido por la trama del lenguaje, concepción que tiene ciertas similitudes con la definición semiolingüística del sujeto como construido por el texto (la etimología de texto lo relaciona con tejido). Para Greimas, por ejemplo, el texto es el lugar de surgimiento del sujeto.
Otro aspecto de la teoría lacaniana vinculable difusamente con el análisis textual es su concepción de la «cura por la palabra». En ese sentido dice: «Ya sea que aspire a ser agente de curación, de formación o de sondeo, el psicoanálisis no posee más que un medio: la palabra del paciente ( ... ). Ahora bien, toda palabra apela a una respuesta. Nosotros demostraremos que siempre que tenga un oyente no existe palabra sin respuesta, aun cuando no encuentre otra cosa que el silencio, y que en ello radica la esencia de su función en el análisis».
En efecto, ha sido su interés por el lenguaje el que le llevó a unir las teorías de Jakobson -que ya se había preocupado por vincular el psicoanálisis y la lingüística- con las de Freud, cuya sensibilidad y perspicacia para los hechos del lenguaje son harto conocidas.
Freud, Jakobson, El curso de lingüística general, Levi-Strauss (sin olvidar sus influencias he¡deggerianas, husserlianas, etcétera) han contribuido a la apancion de este controvertido autor para quien el lenguaje y los sistemas de significación constituyen el núcleo de la teoría psicoanalítica.
es profesor de la facultad de Ciencias de la Información de Madrid.
Babelia
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