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Fuertes discrepancias en el congreso del sindicato libre polaco sobre la autogestión de las empresas

Con fuertes enfrentamientos sobre el proyecto de ley de autogestión en las empresas, comenzó ayer en Gdansk la segunda fase del congreso de Solidaridad, en el que novecientos delegados del sindicato independiente polaco deberán elegir una nueva directiva y aprobar el programa.

El congreso comenzó después de la misa y, los cantos habituales en estas reuniones, el himno nacional Y la vieja canción religiosa con la frase "Devuélvenos, señor, la patria libre".Curiosamente, durante la misa inaugural del congreso muchas sillas de delegados quedaron vacías de personas que no asistieron. En los pasillos del palacio de deportes de Oliva el tenia era la situación en Silesia, cuestión que puede agravar en los próximos días el tono de los debates.

La misa fue celebrada por el obispo católico norteamericano George G. Higgins, que en la homilía dijo a los novecientos delegados del sindicato independiente: "Os extiendo la mano de solidaridad en nombre del movimiento social y, obrero de Estados Unidos". "Sindicatos libres Y autónomos son un elemento indispensable de la vida social en la lucha por la justicia humana", y "Dios bendiga vuestro movimiento".

Después de los actos inaugurales, en el palacio de deportes de Oliva, un barrio de Gdansk, la ciudad donde en agosto de 1980 se inició la huelga que originó la fundación de Solidaridad, los delegados aprobaron inmediatamente una resolución para negar la entrada al congreso a la televisión oficial polaca. Los delegados sindicales temen que la televisión no informe objetivamente sobre el desarrollo de su congreso.

Las discusiones son retransmitidas al exterior por altavoces. Sólo se autorizó la presencia de una emisora de radio local para informar a los oyentes polacos. Fuera del recinto mucha gente escuchaba los debates.

Apoyo a la huelga

En otra resolución, los abogados aprobaron el apoyo a la huelga de los mineros de Silesia, y protestaron por la detención injustificada del presidente del grupo sindical de Solidaridad en la mina, Tadeusz Arent", y agradecieron a los mineros de otras minas "por su actitud responsable" de renunciar a la huelga para no deteriorar el clima social del país en el momento del comienzo de la segunda fase del congreso del sindicato independiente.Después de estos momentos de acuerdo total entre los delegados, se inició una fuerte polémica sobre el proyecto de ley de autogestión empresarial, aprobado el viernes por el Parlamento polaco y que había sido pactado con la presidencia de Solidaridad.

Inmediatamente, 49 delegados pidieron la palabra, atacaron el acuerdo y acusaron a la presidencia de violar las decisiones tomadas en la primera fase del congreso, cuando se exigió el nombramiento de los directores de las empresas por los obreros y la convocatoria de un referéndum nacional sobre la autogestión, si el Parlamento no aprobaba la ley en los términos exigidos por el congreso de Solidaridad.

El secretario de la comisión nacional de Solidaridad, Andrzej Celinski, intervino para defender el acuerdo conseguido con las autoridades y dijo que se trataba de un triunfo del sindicato en el campo legislativo. Celinski añadió que es necesario distinguir entre los eslóganes y las consignas y lo que se puede conseguir realmente.

Compromiso necesario

Un delegado de Varsovia apoyó la postura de la dirección del sindicato a favor del acuerdo sobre la autogestión, y dijo que el compromiso había sido necesario, ante la tensa situación del país y Ios visitantes del extranjero", con lo que aludió a la presencia en Polonia, durante los últimos días, de una delegación soviética que negocia el futuro de las relaciones económicas entre los dos países.Estos enfrentamientos, planteados ya en el primer día de la segunda fase del congreso de Solidaridad, son el reflejo de las dos líneas opuestas dentro del sindicato independiente, que entre los temas pendientes tendrá que afrontar las elecciones para la directiva nacional.

De momento, no parece que pueda surgir un candidato que ponga en peligro la candidatura de Lech Walesa a la presidencia. La figura de Walesa es todavía imprescindible, como persona capaz de mantener integrado el sindicato entre las tendencias radicales y los partidarios de un entendimiento o compromiso con el poder.

Este enfrentamiento de tendencias parece que va a marcar las discusiones del congreso, a no ser que una actuación de las autoridades en estos días provoque un cierre de filas entre los diferentes grupos de Solidaridad.

El conflicto abierto en Silesia, con la detención de un dirigente local del sindicato independiente, podría tener ese efecto.

En unas recientes declaraciones a un periódico local de la costa del. Báltico, Lech Walesa habló abiertamente de las discrepancias y luchas en el seno de Solidaridad.

Walesa declaró al periódico: "Yo necesito un programa decente, y no gente que se pase el día tirándose del pelo", y mencionó a un líder de Solidaridad, que "en las discusiones plenarias me alaba y, luego me clava el puñal por la espalda".

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