Ningún partido estatal se adhirió al cincuentenario de Unión Democrática de Cataluña
Ayer tarde se celebró en el Palacio de Congresos de Barcelona un mitin conmemorativo del 50º aniversario de la creación del partido democratacristiano catalán Unión Democrática de Cataluña (UDC), nacido tal día como ayer del año 1931. Asistieron unas 1.500 personas. Tomaron la palabra los principales dirigentes de UDC, así como el presidente de la Generalidad, Jordi Pujol; el del Parlamento catalán, Heribert Barrera, y el diputado nacionalista vasco Andoni Monforte.
Unión Democrática de Cataluña, coaligada con el partido de Pujol, forma parte del Gobierno de la Generalidad. Su influencia electoral es mucho menor que la propia del partido de aquél, pero posee dirigentes con un gran prestigio, en particular el historiador Miquel Coll Alentorn, consejero adjunto a la presidencia. La nota dominante del acto de ayer fue un incremento generalizado de la beligerancia catalanista entre los asistentes y por parte de los dirigentes que tomaron la palabra como consecuencia de un enérgico rechazo del proceso de armonización autonómica.Unión Democrática de Cataluña es el partido catalán que posee mejores relaciones internacionales. Así, mientras que el acto no contó con ninguna adhesión de partidos o personas de ámbito general español, hubo representaciones y adhesiones de numerosos países. Destacan el de la Democracia Cristiana italiana, la argentina, el Partido Popular Europeo (organización supranacional democratacristiana), el Finna Gaël Finnagaël irlandés, el Partido Nacionalista del País Valenciano, Partido Galleguista, Partido Nacionalista Canario y el Centro Democrático y Social portugués, así como, desde luego, el PNV, partido con el cual UDC mantiene estrechos lazos desde su fundación. El propio Carlos Garalkoetxea mandó un mensaje personal.
El presidente de la Generalidad, Jordi Pujol, destacó la fidelidad de UDC a la II República española y a la democracia en unos momentos en que algunos de sus miembros eran víctimas de la revolución surgida de la rebelión militar del 18 de julio. Pujol afirmó, refiriéndose a la actualidad, que «tenemos problemas porque vamos bien. Si fuésemos impresentables, no se nos atacaría, y lo cierto es que hay maniobras contra la Generalidad y la autonomía». El presidente Pujol afirmó que hay el deseo de convertir a Cataluña en «un chivo expiatorio» de los problemas generales del Estado. «No tenemos ninguna culpa», afirmó, «de que el partido del Gobierno de Madrid no vaya bien, lo cual constituye ahora el problema más importante de España». Pujol afirmó que Cataluña «es un poder fáctico, es una realidad». Añadió que Cataluña es políticamente débil, pero en otros terrenos, como el artístico y el cultural, es fuerte. El presidente de la Generalidad concluyó su parlamento refiriéndose a su «admiración y simpatía por Heribert Barrera», lo cual fue rubricado por grandes aplausos.
El diputado vasco Andoni Monforte pronunció la mayor parte de su parlamento en lengua catalana, en forma impecable. Atacó duramente a la LOAPA, y reafirmó la necesidad de establecer estrechas relaciones entre Cataluña y Euskadi.
El dirigente democristiano Coll Alentorn glosó la historia de su partido y criticó el hecho de que el Gobierno central, para calmar a «los enemigos de la libertad», intente reducir las libertades autonómicas. «Todas las libertades son solidarias, y la pérdida o la disminución de la libertad de Cataluña comportaría la de todos los españoles», manifestó.
Heribert Barrera destacó la fidelidad y la firmeza de UDC en la defensa de las libertades catalanas. Se refirió a la necesidad de luchar en la defensa de las libertades, y precisó que «todas las demás libertades son irrisorias sin la libertad nacional (de Cataluña). El camino hacia la libertad», afirmó, «es irreversible, y no valdrán concertaciones ni armonizaciones». Esta frase fue interrumpida por numerosos aplausos.
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